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domingo, 29 de enero de 2012

POETA EN EL ASFALTO

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Palabras ante mí,
el pergamino verde que te anuncia,
los sueños como calles surcadas por la voz...
Y tú, la musa,
el renacer del claustro de mi sangre,
febrilmente alentada
con sílabas que fraguan el silencio.

Precipicios de luz te desvanecen,
el rastro humedecido por llovizna.

Tan sólo pretendías constelarme,
éter sin voluntad,
la tangente que siembra
quietud en mi albedrío,

corazón de poeta en el asfalto.




Manuel M. Barcia

sábado, 28 de enero de 2012

DESPRENDIMIENTO

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Desorden del rincón contemplativo
y memoria que viene, silenciosa,
como la persistencia de la luz
que amanece,
la ilustración sombría
hurtada de la angustia de la noche.

Enero de su vida me deshoja.

Desprendimiento soy,
vaguedad en el sueño agonizante.




Manuel M. Barcia

jueves, 26 de enero de 2012

LAS LÁGRIMAS AZULES

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Los lugares idénticos parecen,
Las cosas como antes,
Mas él no está, ni la luz, ni las hojas,
Y en esta calma hacia el final del año
Llevas la soledad por toda compañía.

Luis Cernuda. (El amigo)






¿Acaso se podría escribir
lo celestial?

Los versos de Cernuda se expanden por mi mente

y a mi oído

sólo llegan los ecos de otra voz
contemplando la vida en un poema.

Y de su antología
late entre mis ojos el prodigio,

las lágrimas azules,

como si fuese yo quien esculpiera
la letra en el deseo...

Hay dioses con talento inexplicable.



Manuel M. Barcia

martes, 24 de enero de 2012

NUNCA ESTOY A SOLAS

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Yo nunca estoy a solas,
siempre pienso en ti.

Quizá sea una razón del albedrío,
otorgando costumbre,

o la condena inútil
de ser eternamente prisionero,
recluido en quietud,

mientras nuestro ardor
forjándose en luces imposibles,

sombra de nuestras velas.






Manuel M. Barcia

lunes, 23 de enero de 2012

LA VIDA QUE HEREDÉ

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Destiempo en el origen del poema
duermen los episodios
contemplando la historia inenarrable.

No tengo más excusa que la imagen de ti,
-reconstruyéndonos-
allí donde el placer
atestigua los límites alzados
cuando el fuego se intuye
sin pronunciar apenas la ceniza.

La luz deshabitada de la conspiración
en antiguas leyendas;
las que callo,
por lucha en mi sentir:

La vida que heredé
para escribir las páginas de sueño,
sangre y verso, memoria de lo que sobrevive
recitando la noche y a Neruda,

conmigo en soledad

y el amor de aquel libro
deshojado.



Manuel M. Barcia

domingo, 22 de enero de 2012

ATLÁNTIDA

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Del vértice oriental de las Bermudas
irrumpieron silentes melodías
y cánticos con voces de sirenas.

Gráciles aletas de un delfín me señalaron
remolinos girados
por las inanimadas energías
que abisman la quietud de los atlantes,

y luego su memoria,

mentes y calendarios de la edad sumergida
en confines eternos.

Tan náufrago el enigma tras de mí,
despertóme del sueño;
sólo las gaviotas traspasando
oceánicas fronteras.

Mientras yo navegaba
resplandores de sol,

tumbado con pereza en los Sargazos.



Manuel M. Barcia

LUCIÉRNAGA

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Qué fuego nos atrae,
qué anónimos los dioses
precipitan la lluvia sobre ti
cuando toda la fiebre
se descarna en olvido.

Apareces luciérnaga en la noche,
suceso de la luz junto al misterio;

la edad  de aquel ardor inextinguible
relatando lo antiguo en soledad,

fósiles de amor,

calendario de fechas sin regreso.




Manuel M. Barcia

¡ MUSHO BETI !

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A la otra mitad que me comprende
cuando exclamo Sevilla





El acto de batirse en buena lid
no logra convertir al enemigo
en un dios semejante.

La gloria siempre ha sido blanquiverde
y después resplandor...

sobre rojos teñidos de hermandad en la sangre.

Betis contra Sevilla no es un juego,
es mi fidelidad hasta la muerte.

Otros pueden pensar
que sólo es fanatismo, pero no.
Es la filosofía en el sentir,
lo que más engrandece y enamora:

Las voces de altruismo
volcadas por las calles.
La solidaridad
que muestran a la vez
miles de corazones,

íntimos, la pasión sin desmayo,
gritando eternamente:

¡ Der Beti manquepierda !





(A Williams,  ... a pesar de su incomprensible sevillismo...)



Manuel M. Barcia

sábado, 21 de enero de 2012

LABERINTO

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Nosotros ignorando la salida

y todo el laberinto pertrechado de luz,
en él todo memoria

y el reflejo que duda evidenciarnos
con una puerta insomne,

los goznes oxidados de la espera.




Manuel M. Barcia

REFLEXIONES DE EVA

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Ese fruto prohibido
lamiendo afluentes de saliva

y allí, mordisco leve

desnudando la piel de la manzana,
molde de los labios
que no son,

paraísos de luz
que ardieran en mí misma

si fuese yo mujer,

o temblor desechable del pecado.



Manuel M. Barcia

viernes, 20 de enero de 2012

GIRO DE LA NADA

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Simulas rotaciones mientras arde la luz,
gravitando tu adentro con noches estrelladas;
el éter, la memoria, crepúsculos inquietos
que sostienen el fuego al desprenderse,
como un destello azul,

eternamente giro de la nada.




Manuel M. Barcia

CON LA HUELLA PUNZANTE

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Balanceas la duda,
queriendo interpretar lo indescifrable.
Para qué la cadena de falsas intenciones,
la traición en el pacto,
la noche malherida después de alzar el sueño.

Nunca quise saber tu despedida,
cual era el paradero de los tiempos amantes
respirando lo innoble que trae la mezquindad
cuando el viento atraviesa la sed de los temblores.

Tampoco adivinar qué luces amanecen
tras los desasosiegos,
entre mi placidez y tu inútil soberbia.

La edad de los metales ya es historia.
Y el rugido de ávidos leones
que rastrean el mar en busca de sirenas,
el placer de su carne.

No era espina la sangre de la rosa,
tan sólo unas raíces en tu flor
con la huella punzante,

cicatrices de mí extrañamente idas,
el pétalo que vuela.



Manuel M. Barcia

RAÍCES

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Yace la ilusión sobre ardientes reflejos
y tú, en su raíz.

Hay genes de memoria que fecundan la luz,
incapaces de olvido,
sentir de corazones, latiendo todavía
los sueños que atestigüan resplandor.

Y éramos semilla de nuestra floración,
en sutiles oasis
de lluvia que manaba en el desierto,
todo feracidad.

Y el verdor de los prados en tu vientre,
lo fértil que ha sido,

eterna su planicie virginal
cuando arábamos vida
y amor puro,
casi.





Manuel M. Barcia

jueves, 19 de enero de 2012

INSTINTO DE ROBAR

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Sentir la voz de Dante si te hablan,
a los que tienen ojos
sin luz de ventanales en la gloria
y el corazón de mármol.

Los que ofrecen crédito
y apenas interés...

Lujosos sus disfraces,
paradigma de actor en Divina Comedia,
e instinto de robar
como viles rateros.

Los dueños de la banca
y todo el capital
que otros con su esfuerzo les rindieron.

(Ahora ya no quiero susurrar):

¡Atajo de cabrones!


Pandora, en su Caja, sólo alberga
un grito de Poesía
y mi alma por valor.





Manuel M. Barcia

COMO SI FUERAS

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De mujer en el labio,
carmín de las ardientes primaveras,
encarnado en pasión...


 ¿Y qué decir tu boca,
a quién hablar?

Finge sólo palabras
que ardan lo febril de los adverbios,
amables, sonrientes
y adornadas de voz,

como si fueras.




Manuel M. Barcia

SURINORTEANDO LA ESPERA.

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¿Cómo huir de la espera
cuando el tiempo es reloj,
dragón sobre mi pulso
y el infierno palpable del latido que muere?

Este rezo de mí
que culpa sin plegarias...

Esta noche mestiza de cíclicos instantes paralelos,
vivir y desazón,
lo que aprieta la sangre y me ahonda,
sur y norte sin brújula ni pena.

Amar no está de moda,
tampoco el desamor,

solo escribo las páginas de luz
silentes, sin materia,

reinventando cristales en la sombra.



Manuel M. Barcia

miércoles, 18 de enero de 2012

HUYO MI ENFERMEDAD

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Alzando vida entera de tu lecho,
la fiebre recostada en la quietud,
para que nuestra piel
busque allí la caricia del fuego,
ardiéndonos con luz inusitada.

Tú liberas pasión
entre mis secreciones,
que fluyen todavía
las huellas del incendio en la matriz.

¿Cómo ignorar tu ausencia?

Mi mente precipita hacia el vacío
tu recuerdo apenas,
la lluvia y su elixir
con gotas  de un amor desmemoriado

y el temor de alejarse de tu sombra,
estéril bajo el sol,

íntima en los fulgores de la entrega.




Manuel M. Barcia

martes, 17 de enero de 2012

PARA IGNORARLO TODO

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Quiero desaprender
lo que hube conocido
en la etnia salvaje de la sombra,
para ignorarlo todo.

La certeza no es fruto de mi erudición,
sino el alma en pena,
un acto de quietud inaccesible
sin lugar para seres somnolientos.

Ahí esa emoción con música lejana,
idearios de luz
tan cerca del ocaso,

frontera de los solos a sabiendas de nadie,
moribunda mi letra
y el olvido a sus pies.

No existe la verdad en la palabra,
poesía es engaño,
incierta como luces que adormecen
al abrigo de nada.



Manuel M. Barcia

lunes, 16 de enero de 2012

DORMÍAS EN EL CHAT

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(No estoy loco, lo sé,
pero hay un maníaco en mí,
el enamoramiento)

mmb





El yoga que te aísla mentalmente.

No sé si lo demás tampoco existe,
desconozco el origen de mi edad
y la etimología de tu nombre,
incluso el corazón.

Dejemos que la noche
nos traduzca el enigma.

Seamos en su pálida mudez
el pulso hereditario de algún dios,
decálogo de luz,
hechizo del amor soñando apenas
instantes en el cielo,

o acaso la razón del nuevo amanecer
mientras ciega el silencio
los ojos de la esfera.

Porque caben en ti
estrellas portadoras de ilusión,
también su poesía,
confidencias de mí a media voz,

-amantes de tu verbo-

y la complejidad de la palabra
cuando nadie se acuesta en los divanes.

Dormías en el chat
y yo era emoción del desconcierto.




Manuel M. Barcia

DILUVIO

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Expía nuestra culpa
en el lento placer de lo que ardemos.
La paz invulnerable
de todo el furor que nos incita,

aguaceros de mí
que surcan derrotados
la lluvia que te sacia

y nuestra comunión
cuando cesen las huellas del diluvio.




Manuel M. Barcia

domingo, 15 de enero de 2012

GRACIAS POR LA LUZ

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A mi musa,
venida por los cauces de la luz,
llovizna bajo cielo.




Gracias por la luz.
Contigo la escritura se estremece
y despierta
caricias de ilusión,
el labio de una musa por mi piel,
su canto a vuelapluma.

En instantes que brillan noche apenas,
mi gratitud también
por ser lumbre del fuego,
episodio en la sed
y mostrar lo invisible del amor
cuando calla el poema.

Y gracias por arder mi corazón,
la llama,
ese instinto de ti
que nunca ciega.




Manuel M. Barcia

LAS CÁBALAS

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Las cábalas,
el miedo, su temblor,

lo utópico de mí omnipresente,

como el tiempo que sueña otra edad, pero fiel asimismo,

oráculo en la noche,
lo que asombra mi lecho.




Manuel M. Barcia

ÉRASE UNA VEZ

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Érase una vez
la vasta corrupción
en el reino de ávidas riquezas.

Allí se construían
aeropuertos sin nadie,
kilómetros de asfalto hacia la nada,
oasis sin desierto
y templos de lo efímero en la sombra
sobre aquel espejismo.

Hartos de la utopía
buscaron otra edad sus habitantes,
donde fuera posible
sembrar con trigo limpio su miseria.

Y vientos transeúntes
capaces de barrer hasta el olvido
la infamia por decreto, lo inmoral,

despertar al que roba
de sueños delirantes sin destino.



Manuel M. Barcia

sábado, 14 de enero de 2012

MENSAJEROS DEL SOL

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Vendrán a mi ventana mensajeros del sol.

Mundos inexplorados
hasta ser viento en mí,
frontera en la señal de tan largo viaje.

No habrá cartografía de impostura,
sino su resplandor,
transmitiendo los nuevos horizontes
que yo he de expandir:

Asteroides con sueños legendarios
capaces de volar
el latido de dios en la memoria,
del cosmos al sustento de mis alas.

Allí seré testigo de la luz,
como un ave que puede remontar
abismos de silencio,

rodeado de ángeles altivos,
tal vez algo de gloria,

o un milagro
para escribir los versos
sin canes del averno que me ladren
en cada inspiración,

sepultando mi fin predestinado.




Manuel M. Barcia

PINTOR DE LETRAS

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¿De qué color pintar
un modelo de ti,
si fuese la palabra un arcoiris?

¿Serán en los pinceles de la luz
solidarios los sueños?

Si hollase la mirada en ese lienzo
tú serías un trazo luminoso,
azul en el poema,

paisaje de cristal
cuando el cielo amanece
tras la lluvia.

Y en la nubes,
una mujer que sueña
perspectivas lunares,

cromáticas leyendas de otro tiempo.



Manuel M. Barcia

viernes, 13 de enero de 2012

LA LUZ DE ADENTRO

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Recuerdo tu mirada,
esa forma sutil de traspasarme
disuelta en el deseo.

Quizá mi laberinto de memoria
justifica el placer
vagando soledad en lo que muere.

Acaso seas grito, voz en vela,
una triste balada sin arrullo
allí donde Édith Piaf tejía cuerdas rotas
llenando de mudez
auditorios sin música ni encanto.

Ya sé que lo perdido es insondable,
tu luz en mis pupilas,
el sol de primavera en cada cita,
lo ardiente del amor ante mis ojos.

Pero retropensarte,
no es tan sólo un rito,
también es lucidez entre las sombras,
lo que el sueño celebra.

En él eres el tiempo que aún existe,
la piel estremecida
y verso de un retórico poema,

ayer en el sentir,
mi labio atrapado en tu aliento.




Manuel M. Barcia

LOS SERES SIN FAMILIA

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Inmortales
según quien los contemple
abajo de los cielos,

la genealogía.

Y ella, la raíz
en el árbol perpetuo de la vida.

Tan próximos los dioses a la herencia,
tan distantes sus hijos:

los seres sin familia.




Manuel M. Barcia

jueves, 12 de enero de 2012

ASÍ LA CERTIDUMBRE DE LA NOCHE

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Almas resplandecientes
tupían en la furia
los cielos quebrantados por el rayo
y los pies de la escarcha.

Sobrante de la luz
mi piel en tu silueta,
espejo de la sombra inalcanzable,
salvaje casi,
a solas.

Así la certidumbre de la noche
cuando expiran los sueños
y el ángel de lo eterno me conforta.

Tú tejes con pasión
unos guantes de lana,

cabía el invierno entre mis manos,

contigo, amor,
también nuestros ardores.





Manuel M. Barcia

CLANDESTINA

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En esta libertad que nunca muere,
fluyendo sobre mí,

-tan clandestina-,

acaso soy aliento,
el aire apetecido que reclamas
abriendo el corazón,

mientras vientos del norte amanecen
la edad de las palabras somnolientas

y tú,
apenas página en el sueño,
verso antiguo y la piel donde acunar
milenarios poemas,

incapaces de alzar un firmamento
para sobrevivir,

igual que un astronauta sus visiones.




Manuel M. Barcia

miércoles, 11 de enero de 2012

martes, 10 de enero de 2012

IMPREDECIBLE...

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Hay un sexto sentido,
capaz únicamente
tras el hondo sentir de una mujer,

sagaz, impredecible,

fluyendo sutilezas y misterio
mientras todo es enigma.



Manuel M. Barcia

lunes, 9 de enero de 2012

LOS MUERTOS TIENEN PATRIA

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Tú conoces la edad de los abismos,
los héroes que caen
mientras sueñan haber sido victoria.

Y a todos los que fueron
como un himno sin letra,
apenas ilusión de su reflejo,
signos del almanaque cuya vida deshojan
sangrando en las tinieblas.

No fuiste recompensa del honor,
siquiera recibiste una medalla,
decidiste, prudente, la nobleza.

Sin embargo,
los muertos tienen patria:

Desconocen las gestas impasibles,
la gloria belicista del soldado,
las órdenes de alta graduación
que deben ser cumplidas
sin remedio.

Se oyó aquel silbido por el aire.
No supiste, que tras una mirilla,
el ojo de un halcón
volaba peregrino hasta tu pecho.

Y allí, contradictoria,
la fiebre sin dolor,
azufre por aliento,

como un cielo plomizo que la luz desvanece,
arriando tu bandera.




Manuel M. Barcia

domingo, 8 de enero de 2012

LO FÉRTIL DE LA ENTREGA

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Pretendo ser en ti
lo fértil de la entrega,
arando con mis manos
relieves que se alzan
memoria de tu piel,
la linde que separa eternidades,
el éter consintiendo al rocío,
la sed que apaga el fuego de tu llanto.

Y quiero desnudarme,
para soñar tu sombra,

porque amar no es fácil,
a veces es umbral de lo imposible

y de luz nos apresa.




Manuel M. Barcia

LA GLORIA DE KAZAN

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Existe un territorio que trasciende
lo que ama el artista y se une a su tiempo
cuando cae un telón.

En su adentro,
qué sucio el caminar de los reptiles.
El nombre del autor en lista negra.
Patrióticos sentires realzados.
Y la caza de brujas. Qué triste perdición.

Qué vergüenza ese Óscar
a ojos que elogiaban los flirteos
de Un americano en París
y el murmullo a su espalda...

-¡Aquel es delator!-

Hay quien nunca traiciona
ideales forjados bajo el sol,
los sueños por vivir
y un alma que ofrecer, tan dolorida.

Sin embargo,
la gloria de Kazan
es perpetua en la piel de aquel tranvía
mal llamado deseo:

Siempre queda el marco teatral;

mientras otros censuran
juicios de moral en lo incorrecto,
veladores de un dios
que jamás resucita,

ni siquiera en los templos políticos
donde se alienta el miedo.



Manuel M. Barcia

sábado, 7 de enero de 2012

ADORO VERTE ASÍ

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Me gusta ser espejo en tu visión,
la mirada de ti,
tus reflexiones.

Oírte como música lejana,
sentir ese respiro de tu voz
entraña (mente),
bajo acordes que unen la distancia.

Adoro verte así:
jovial e inmaculada,
desnudo del fervor que me sostiene
en tu imagen de diosa.

Desconozco la noche si te sueño
brillando entre las sombras,
como algo sin nacer que nos auna,

tal vez un beso leve
mientras los demás sentidos
duermen.




Manuel M. Barcia

ARIAS INOLVIDABLES

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Los ecos del placer
asolan el umbral de los sentidos,

orquestados de ausencia,

la música que gime
arias inolvidables.

Apenas hay memoria en tu voz,
el grito es más intenso cuando sueña
lagunas en las sienes
y ríos que se adentran como un vals,
danzables, vientre adentro.

Ardimos en su ayer
deseos encendidos junto al sol,

melodías antiguas sin tristeza,

el tacto, un ruiseñor,
trinos al viento.



Manuel M. Barcia

EN EL MARGEN DE TODO

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Pasiones, libertad, alejamiento.

Las palabras perdidas
y tú en mi secreto a contraluz,
en el margen de todo,

tan fría e inmóvil,

la intuición de vivir
teorías recreadas en el mito,

lo apacible sin fecha.




Manuel M. Barcia

viernes, 6 de enero de 2012

ATRAPASUEÑOS

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Si Dios sobrevolara lo que pienso
te haría sin imagen;
ventando madreselvas
y todo lo que asombra de tu ser,
el aroma de ti
y ese aleteo antiguo
de pájaros insomnes.

Frontera de la luz
o Génesis quizá
de mi renacimiento
en el atrapasueños

que me diste.




Manuel M. Barcia

jueves, 5 de enero de 2012

ARGUMENTO EN SOLEDAD

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Las luces desperezan al poema
y se alza el verso.

Una hilera de ayeres
desfila por el árido desierto
su próximo fulgor.

Yo sé que tras la sombra de las velas
la mente se ilumina,
los sueños atraviesan lo prohibido
y arden lo que siento.

Qué fácil escribir los esplendores
cuando brotan del fuego
las sílabas que crean las palabras
como lunas crecientes.

Los huéspedes de cera
atraviesan la noche
y juntos clarifican los rincones ignotos
que yo cerré a sabiendas
con páginas de olvido para siempre.

Y dentro de mí mismo
pueblo de soledad lo que no existe.



Manuel M. Barcia

miércoles, 4 de enero de 2012

2012

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Enigmática luz
y el 2012...

Los días por venir, aún oscuros,
traerán horas de sol que nos contemplen
ajenos al augurio de temor:
las profecías mayas y el destierro.

Las hojas que caerán del almanaque
serán pie del oráculo, y la huella
que ahonda sedimentos de la noche
bajo inútiles piedras,
condenadas a ser libre albedrío,
juventud sin remedio.

Deseos que sustentan la esperanza
cabrán en el espacio de los sueños,
progenie de amores que renacen;
apenas habrá lunas desoladas,
rituales de sed entre la niebla,
ni siglos en ocaso.

Remotos navegantes timonean
un planeta en el cosmos
sin rutas que conduzcan al naufragio.

Gira el tiempo
azules madrugadas.




Manuel M. Barcia

martes, 3 de enero de 2012

A MEDIO AMANECER

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Revuelo las orillas de tu piel,
instinto del amor,
sediento de tu luz bajo mis cejas,
atónitos mis labios, de ser,
en ti
una elegía.

Y me detengo aquí,
cabalgando en el tiempo
a medio amanecer,

Pegaso y semidiós en el camino
sobre zarzas ardientes,
el fuego por mis venas
propagando destinos imposibles

y tu fulgor después,
estrella de mis sueños.




Manuel M. Barcia

lunes, 2 de enero de 2012

EL EXILIO DEL FUEGO

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Abrazando el silencio
también se puede oír
las voces que contienen la memoria
y la lluvia en tu cuerpo.

Y la música leve
de la piel que recuerda
el súbito extravío de la sed
cuando el verso diluye lo que ardía
adentro del poema.

Pero si gritas los ecos que no existen,
acaso calle el viento
clamando soledad entre la nieve:

Serás luz del invierno.

Y yo tan sólo humo que crepita
el exilio del fuego.



Manuel M. Barcia

DOCE UVAS

...


Campanas, doce uvas y un deseo,
la música en el fruto de la vid
que pacta con el labio
tu luz envejecida.

De aquel lento presente
resonaban los ecos del reloj
contigo en lo inaudible de la esfera.

Acaso fuera el pulso de la noche
y dos amores juntos
latiendo su existir
más allá de los tiempos que renacen
en las nuevas ofrendas,

como ese tiempo en flor de algunos calendarios,
deshojando hacia el sur
los girasoles.




Manuel M. Barcia