Bebiendo en silencio el destino
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Oh
Que el dolor es un suplicio
Una malicia de la vida
Para acomodar el tiempo
Y el espacio en tus desdichas
Una oruga queriendo ser mar...
Hace 18 minutos
3 comentarios:
Toda mi santa vida, cuando iba a la feria, lo único que me gustaba, amén de los coches de choque, era y es subirme a los "caballitos", con esa música de padam, padam y los pies no me llegaban ni al estribo.
Concha dixit.
Yo no tengo una santa vida, pero en los caballitos podía cabalgar cerca del cielo...
Gracias por acompañar estos versos, Concha.
Un beso
Manuel
yo...para casi tocar el cielo, sólo tengo que pedir prestado un caballo...llamado "Monarca"...que a veces me hace sacar los pies del estribo cuando salta...pocas cosas en mi vida me hacen sentir más miedo, euforia, alegria, excitación...tengo que apretar tan fuerte las rodillas contra él para no caer que durante un par de dias después las agujetas torturan mis muslos...
Pero "mi caballo" no es de madera...vive,late,resopla...y me lleva al cielo cuando lo busco...
me gusta el poema.
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