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Es tiempo de elegir,
una vida pendiente, suicidio en lo que fui,
o la profanación del interior
saqueando del miedo la memoria.
Pero cómo olvidar la esclavitud,
esta luz del otoño contigo en su lamento.
Me hiere todavía tu impostura
en brazos del amor.
Aquellos paraísos alcanzables
que dejamos caer
en profundos abismos de la noche,
como un temblor de cielo sin fronteras.
No es preciso saber quien te convoca.
Atravieso la esfera del reloj,
tus huellas envejecen
y escribo una historia sin recuerdos:
Tan inútil costumbre
fingir que soy poeta.
Manuel M. Barcia
5 comentarios:
Hemoso poema, Sr. Manuel, es bellisimo. Muchas gracias por compartirlo. Saludos.
Pinceladas de una nostalgia dulce,
Evocando al canto
De aquellos pájaros,
Que huyendo del frío,
Emigraban al Sur.
Pinceladas de sonrisas,
Que aún giran sobre la pared.
Pinceladas de la voz de aquellas campanas,
Que aún en el presente,
Nos regalan cada día un nuevo amanecer.
Pinceladas de sentires,
Que continúan erizando la piel.
Precioso Poema.
Gracias por compartir tan bello sentir.
Un saludo.
Hola, muy buen poema! Gracias por visitar mi bitácora! Te sigo. Eduardo
hola no finges eres poeta pa decir lo que está en tus recuerdos, si escribimos es que aun nos queda unas astillas que no se pueen sacar del corazon saluditos de esta andaluza que entró en tu blog de casualidad jajajaj
fingir...para esclarecer! precioso e interesante!
lidia-la escriba
mi blog precisamente...fue hajeado
te dejó la dirección del nuevo,por si gustas ver...
www.nuncajamashablamos.blogspot.com
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