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Quietamente se extiende; no se agota
el sueño inabarcable en su añoranza.
Inútil que invente mundos suicidas
que tengan sus raíces en las sombras.
Inútil que alguien pinte un alarido
gritando la figura de su ausencia.
Fue amor quien lo pariera,
como un viento esculpido al despertar
en la tibia levedad de su universo.
Sin destino, y huésped de un reflejo,
ahora sólo es un sueño náufrago
que nada siempre insomne en su memoria.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Mi amigo el silencio", de Enrique González Martínez
(México, 1871-1952)
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Llegó una vez, al preludiar mi queja
bajo el amparo de la tarde amiga,
y posó su piedad en mi fatiga,
y desde aquel entonces no me deja.
Con blanda mano, ...
Hace 3 horas
1 comentario:
Manuel:
Bellísimo este sueño náufrago atemporal, eterno.
Versos llenos de Poesía de la buena.
Un beso
Ana
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