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Ha venido la noche; está en mi sombra,
la tan puta, la voraz:
la melancolía
Y luego el grito, la certeza, el olvido,
la muerte no pactada
el anhelo que aún respira
el inútil trasiego de voces y espejismos
palpitando desnudos donde aulla la calma
las dudas, sus axiomas,
los ruegos con respuesta
cosida al hermetismo de los sueños
¿Quién, sino yo, habita en su misterio?...
Ha venido la noche,
tan sólo su silencio le acompaña.
Manuel M. Barcia
El itinerario o la rutina como eje vital
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Así parte el cuerpo y cumple el principio no escrito
de la deriva, recurrir siempre a la memoria de los pasos,
el corazón y el pensamiento en orden ...
Hace 16 horas
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