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En las sombras errabundas
el fuego iba quemando, lento, plácidamente,
con el ardiente desdén del deseo que abrasa,
las entrañas de la luz
hurtadas por la alquimia de los sueños
con llamas increadas.
Manuel M. Barcia
En el lecho de mis sílabas
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¿Se sonroja el crepúsculo
Cuando mis versos acarician
El horizonte de tu boca?
¿O acaso el espejo de tus ojos
Finge la marea
Que en mis ...
Hace 1 hora
2 comentarios:
Fantástico poema, Manuel. En pocos versos delíneas todo un mundo.
Un beso de meiga soñadora
Ana
Me alegra que te gusten estos versos, meiga.
Un beso
Manuel
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