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Escribo en los pilares de la noche
los días de nostalgia,
mientras duermen los sueños
y el frío se desnuda en el papel.
Buscábamos un mundo entre la luz,
más allá del amor
y dónde todo fuera transparente.
Y fuimos en los dos
el frondoso jardín de una trilogía:
la mariposa libre junto al árbol
y un alma singular.
Ya nadie puede ir al paraíso
ni abrazarse a sus flores.
Ayer es el otoño
cada día,
el viento sangra nieve
y soledad.
Manuel M. Barcia
En la ceremonia de los soles vencidos
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I. La Sangre (Alfabeto Circulatorio)
Mis venas tinteros rotos
Escriben surcos en braille
Sobre la piel del insomnio.
La tristeza es...
Hace 10 horas
2 comentarios:
Que fuerte y duro es el final. Me gusta mucho el poema.
Un beso.
Bello Manuel. Un abrazo sin melancolía, con comprension y satisfecha por tu creación.
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