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A quienes poseídos por el fuego
arden en su existencia
la pira deslumbrante del terror.
A todos los que hieren sin piedad
la esperanza de otros
para volar
en alas de la muerte.
A los que asesinan
en nombre de algún dios
por temor a la vida.
Mirad la luz del sol!,
en él hay cada día un nacimiento,
un soplo de energía que renueva
el luto del caído
y su sangre,
reclamando la herencia de lo amado,
la humana sensación de contemplar
los altísimos cielos
sin rastros de dolor,
un reflejo fraterno
del alma en su mirada,
sin ojos que teñir de justiciero,
sólo la eternidad,
tan al alcance...
y el don de transformarla en su perfil,
azul el corazón,
incluso la ceniza del aliento
si el aire amortajado lo tuviera.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Gary Snayder", de Teresa Arijón (Argentina, 1960)
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Rastro de conejos,
rastro de ciervos, ¿qué sabemos?
¿Qué sabemos en la noche helada,
bajo los pinos,
recitando el poema de Leopardi
con memori...
Hace 2 horas
4 comentarios:
Un consejo mágico y lleno de esperanza. Un abrazo con mi cariño Manuel, que la vida te siga ofreciendo su mejor sonrisa como hasta hoy.
¡Feliz año nuevo amigo poeta!
Deseos de un alma grande
como la tuya,Manuel.
!Feliz año nuevo!
Feliz 2012 para ti, Leticia, y mi abrazo más sincero.
Un beso
Eres muy generosa, Mavi.
Gracias por tu aporte de lectura y amistad.
Te deseo un feliz año nuevo.
Un beso
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