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En la brújula rota de la nada
una mano con sus guantes de hielo
teje un poema en el rumbo del frío
del tiempo que evoca los ritos de amor.
Se quiebran los sueños en sus desechos,
como una copia inmensa de la noche
que amanece en la sombra de la bruma.
Con un enojo repentino y brutal
la muerte me abraza tras la ciega luz
albergando en su misterio profundo
los secretos que dan voz al poeta.
Sonidos más allá de los los enigmas
redimen al suicida en su espejismo.
Y ahora dejo marchar hacia la vida
la tristeza que se anuda a mi alma,
Y recito en silencio
todos los versos que duermen conmigo
en submundos de quimera e ilusión.
Manuel Martínez Barcia
Hace 1 hora
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2 comentarios:
Un poema bellísimo en su desolación, Manuel.
Tus palabras traspasan el alma con la fuerza del sentimiento. Un sentimiento puro, sin artificio.
Qué decirte.
Siempre siento lo que está más allá de tus poemas. El alma que habita en cada verso.
Un abrazo que no termina
Ana
Peregrino en la memoria mojada de la bruma, camino por las sendas escarchadas del otoño. En la inexactitud del tiempo que suma desatinos en la resta que disipa la grandeza de la vida.
Y sin saber hasta cuándo ni por qué, me atrapa el misterio de la oscuridad en su frío fugitivo cuando pasa.
Y más allá de las dolencias y de cualquier exaltación, viajo en lo que soy.
Gracias por todas y cada una de tus emociones, Ana.
Un beso tangible en lo invisible.
Manuel
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