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jueves, 31 de enero de 2013


Para no restar más



---


Me sumo a los ponientes con sombra envilecida,
casi un lustro después
de que fueran razón los desengaños.

En la niebla seré
epidermis de olvido,
el tiempo de restar omnipresencias
con fulgores de ti,

memoria en el ardor,
siempre ceniza.

Hoy toca fin
el fuego que te escribe.




mmb






miércoles, 30 de enero de 2013


La naturaleza de la noche



---


No alcanzaron mis ojos
tu mirada,

ni sutiles
intentos
de abrazar
tan lejanas señales
con gesto de suicidio.

No sirvió mi ceguera,
ni fingirme
tu llave
absorta en invisibles cerraduras,

casi la oscuridad en los pasajes.



mmb






martes, 29 de enero de 2013


Escribo de tu mano



---


Escribo lira, numen
y arrebato,
talud en el derrubio de los sueños.

Vienes
y me comienzas,
aflorando tu luz,

lo único esencial en poesía.

Vuelcas
las inquietudes que percibe
lo extrasensitivo
que del silencio emana.

Hecha el instinto en mí
simulas ventoleras,
conversando a destiempo
soledades.



mmb



lunes, 28 de enero de 2013


Los dípteros a solas



---


No se aplasta la mosca ni pisándola,
ni ignorándola muere la bellaca
pues desestima al hombre desalado.

Silvio M. Rodríguez C.






.... acaso sepas tú
donde esconden las moscas
sus huellas invernales,

o el tiempo fantasmal que habita sus pisadas
en detritus sin nombre,

o si  fue el espíritu de Ícaro
culpable del incendio de sus alas,
para ofrendar al sol
la gloria de existir sin ideales,

o embutirse de sombra...



mmb



domingo, 27 de enero de 2013


Imposturas de luz



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No sé quien me pronombra
en las apariciones del ayer
sin notas abisales
que simulen penurias de la noche
en espacios suicidas.

Quizá tan sólo sea el acertijo
de un ente fantasmal
que juega con la sombra del silencio
pretendiendo mi voz en sus paredes,

o acaso descifrar
los enigmas de luz que habitan en los solos
mientras mudan la piel los desalmados.

No sé si lo que vivo
me desmaterializa de la muerte
con música de veras,

o del arpa desciende la cordura
estrujando los ecos de mi ser
con púas que me callan.



mmb



sábado, 26 de enero de 2013


Se traspasa País



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A punto de nacer el miembro seis millones
de los sin esperanza
incontables
que habitan el país de los corruptos,
por mor de la ventura de algún gen
raptado de su alma
mediante intervención de Sor María
para ser, en los brazos de otros padres,
ese trozo de pan
que alimenta futuros negrecidos,

o acaso, sin ser ciego,
la suerte le depare cupones que vender
en las esquinas,
o bancos sin escuelas,
o tal vez un lugar
entre los sinrazón de un mundo rosa
fingiendo periodismo de vanguardia
con luto vergonzante en sus mentiras
y atmósfera de muerte tan locuaz
en sus depravaciones.

Quizá en el DNI del que ha llegado,
tan sólo un guarismo interrogante,
o tenga por destino
las nuevas juventudes del PP,

o el nadie que sumar
a la lista de ricos emigrados
en busca de los nuevos paraísos
sin límites fiscales,

y las rentas de Bárcenas allí,
-también con lo sobrante de otras huchas-
eclipsando los euros
con nupcias de la luz en su letargo.



mmb






viernes, 25 de enero de 2013


Sequías



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Exhausta por el riego de la tinta,
sobrevino la sed
que arruga los desiertos de mis manos.

Extiende
la sequía por mi voz
con las humillaciones en la ausencia
de un sol sin despertares.
Conjuga en el olvido
los versos de la noche con huellas de alacrán
en mi memoria

donde la inspiración persiste idearios que no cejan.




Manuel M. Barcia



jueves, 24 de enero de 2013


La estantería de poemas muertos



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Gritos de soledad
se rebelan del tiempo moribundo
que apacible se ordena en las palabras,
tan terca su mudez en los estantes.

Son voces de poetas que proclaman
blancura de alfabetos
vulnerados por ríos de quietud,
los corazones rotos que sintieron
amor no perdurable
cuando todo en el alma fue silencio

y en en el insomnio flotan
los témpanos que hielan su extensión
y estruendosos glaciares
que pretenden huir los vientos labradores
de atroz escalofrío
en páginas de luz sin resistencia,

espíritus de letras que aún respiran
la pulsión de lo eterno,

así el amanecer de los poemas muertos,
también su lozanía
alzándose hacia el sol desde su propia sangre,

tan yertas cicatrizan en el polvo
las librerías tristes
que duermen el fulgor de lo perdido.




Manuel M. Barcia




Los huéspedes que vuelan



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Al abrir lo salvaje
desenjaulas
los pájaros que sueñan libertad
en los ardientes nidos
que incendia bajo nubes
la mujer
con rayos extenuados de memoria

tan cálidas allí
las depresiones
que alzan de tu cuerpo migración.

Mis alas
abanico
en pulsiones de sed

y tú
el aguacero
que desborda diluvios

sin nadie que salvar
cuando en el arca
las olas besan tierra

y el ojo de un halcón
habita su dominio
en fértiles parajes

aparentando ser un huésped de rapiña
que vuela soledad
en descuidos de viento.





Manuel M. Barcia







miércoles, 23 de enero de 2013


Sustraendos



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El éxtasis que duerme,
refugio en laxitud de los silencios.

Un verso irrazonable y sin tensión
que apenas repercute sonidos de guitarra,
semblanza de lo inútil cuando escribe un poeta
con ojos taciturnos,

visiones que al crepúsculo suceden
reflotando ideales sin memoria.

No hay sumas de pasado,
siempre vuelta a empezar
instintos casuales de reloj que tiembla sustraendos
en el presente a solas,

oigo en su corazón
latidos de abandono en la tristeza.





Manuel M. Barcia



martes, 22 de enero de 2013


El gusto de otras lenguas



---


Mientras soy manantial de los secanos
finjo en mi paladar
la exquisitez
que cosechan del pubis
el gusto de otras lenguas,

y el agua sin escrúpulos vertida
en recipientes mansos

y ácidos vinagres
que inundan al deseo
con riadas de sed entre las venas.




Manuel M. Barcia



lunes, 21 de enero de 2013


Luz roja



---


Defiendo galanías
decúbito supino contra el sol.

Serpentean mis ojos
la oscura soledad
de lo salvaje,

mas no permitiré
gritos de jungla
en el templo de Venus,

ni en mí
al idolatra
que desnuda la piel
reptando luces rojas de la noche
con whisky de la selva.

Acaso nunca encuentre
lugares de descanso
para bajar la guardia,

unir mi libertad y el desenfreno
sin gastos de peaje.




Manuel M. Barcia






La forja de los sueños



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De mi flaqueza obtengo la energía
para no coexistir
los tiempos de la ira con justas de ilusión.

En lo idílico templo metales de incoherencia
y el encadenamiento fortuito
de mi alma con Dios,

Y Él, un alquimista,
alimento interior de las revelaciones,
mi vida por un sueño en lo versal,

sincrético hermetismo.




Manuel M. Barcia




Eclipse



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Te fugas de la noche como instante lunar
que asombra en los eclipses mis visiones.

Resplandece la selva sucesos libertarios de la luz,
-surrealista morir en plenilunio-
espejo circular de los mares en calma que no existen.

Huele todo a cadáver
excepto tu presencia,
quizá porque rociaras de jazmín
el tedio que se acuesta entre nosotros.

Yo fui eternamente juventud
en palabras de aliento,
y sin embargo ahora
simulo abecedario envejecido,

un ser sin arrogancia,
inútil,
casi enfermo...

Un tipo al que golpean
y ofrece otra mejilla
con lsfaz encubierta por Selene,

para ser en el juego de maldades
un saco de palabras que muta en masoquismo,
servil al nunca gana.

¡Qué venga todo dios y me patee!



Manuel M. Barcia



domingo, 20 de enero de 2013


Efecto mariposa



---


Acaso yo sepulte crisantemos.

Sé tú,
sin las palabras rebuscadas,
la voz de poesía solamente
con profundo sentir.

Alza el velo que cubre tu rostro bajo sombras,
y a la luz desafía
con signos de una diosa en el lenguaje.

Burlemos las ventanas de este templo
con noche de extramuros,
desatando a la luna,
y al éter, contador de los mensajes
que provienen de un sol ardiente en las llamadas,
con las aceptaciones de otros rezos
sin miedo a la condena.

Es hora de volcar
el carruaje gris que te persigue
por mundos sin materia,
su reino en los parajes más perdidos.

Desde otro corazón te han enviado
un símbolo de amor
que también es imagen de ti misma,

sin máscara,
sin iconos de la fe,

tu verbo
sin plegarias,

latiendo ese versar sucede todo.




Manuel M. Barcia



sábado, 19 de enero de 2013


Así en el contrapunto



---


A veces
mis anhelos imaginan
la solitaria sombra de un tiovivo,
con caballos que duermen al galope
mientras rezan sus crines las brisas del silencio.

En ellas vengo y voy,
al trote que confía
compartir lo difícil de mí mismo
con la huida del ser,
para tranquilamente aceptarnos
mitades en la esfera,

principio sin final
y sin las vanidades que fingir
atrapados
en nuestra condición de almas perdidas,

la luz inacabada en el suspenso
de lo que viene y va,

utópicos lugares poblados por sin nombre,
los sueños de un centauro
que habitan sin razón los que se obstinan
en urdir su aventura
negando todo aquello.

Será que nunca hay pares
cabalgados por nones,

o acaso un contrapunto sólo sea
la esperanza de dos

en vísperas de muerte hacia la vida.



Manuel M. Barcia



viernes, 18 de enero de 2013


Después de ser ausencia



---


Sin sueños,
no es posible reencontrar
el rastro del camino
que hizo de la búsqueda un placer,
tan cerco ultraversal mi compañía.

Será que mis andares de escorpión
son huellas del cianuro
que siempre llevo a cuestas,

y el alma tan sin luz y cicatrices,
renuevo de mi ser,
patria sin ideal
y el licántropo,

suicidio en mis pesares
y extinción
de palabras sin tiempo

en adioses que duelen.




Manuel M. Barcia



jueves, 17 de enero de 2013


Relojes justicieros



---


Cuando el grito en la selva
proclama libertad
es preciso tener muy mala leche.

Será que yo no soy un hijoputa,
o acaso las serpientes
han mudado la piel
y filtran su veneno en mis entrañas.

No hay látigos en mí
que flagelen corruptos miserables,
sin embargo
el rencor,
por signo de mi propia identidad
en esta esclavitud que me guerrea,

en mi puño avatares de galaxias,
irreverente ardor
y garra en desnudez de mi silencio,

para escribir
las fábulas de otros
con instinto animal,
leyendas de país que tiene hambre
y vida en desempleo.

Las urnas beberán esta sed de venganza,
allí la rebelión
y la ira del solo,

esa luz de zozobra
que tan inútil ancla la orilla del ocaso
si el tiempo de relojes justicieros
en nada se detiene.




Manuel M. Barcia



miércoles, 16 de enero de 2013


Posdata



---


Vacío y sin palabras,
para que seas tú
reseña sin mención de lo que pienso,

-tal vez un post scriptum-

que pueda resumir
rallones del escriba en un papel
con la memoria en blanco.



Manuel M. Barcia




Certidumbres



---


Quiero viajar despacio,

sentir el abandono de los versos
deshojando la luz
sobre mi mente,
turbada por tinieblas.

¿Qué sueño escribiré forjado en lo real
del presente sombrío?

La palabra es misterio,
su latido respuesta que perece
cuando no es porvenir
lo inútil de las nuevas experiencias,

y búsqueda también en la quietud,

almanaque del tiempo no sentido
que finge oscuridad
sin alma que lo ampare,

certidumbres que tiembla el corazón
a ritmo lento.




Manuel M. Barcia



martes, 15 de enero de 2013


Tiemblan las amazonas



---


De la luz
mecenazgo,
sentir irrefrenable de porfías
que deshojan mujer
en las fechas de albor que ajusta evocación de lo perdido.

Me adentras ilusiones, me cautivas
con las furias de ti
que incitan a la guerra y no se rinden,

a pesar de que yo
ignore la batalla
donde quieren morir las palabras suicidas,

-las que hirieron diciembre con puñales-

y en un solo selvario
las señales del fin de buenos tiempos
de cualquier almanaque.

Pretendes enlutarme con la hombría
que prejuzgan las hembras
antes de la derrota,

que fue sombra viajera del azar,

la ida de un billete
al templo del placer
sin luz que garantice su destino,

después, todo ruina,
y en nidos de memoria
el abandono.

No insistas,
sólo en mí los laberintos
que puedan encerrar
universos sin llave de salida,

o acaso una plegaria que ofrecer
al afán de una diosa
que quiera arder conmigo entre cenizas.

No hay inviernos perennes,
tan sólo primaveras
que marchitan amor
con gélidos silencios.

Tiemblan las amazonas
y yo canto,
así son las conquistas
a la griega.





Manuel M. Barcia






Ocurre si no estás



---


Ocurre si no estás,
masturbo lentamente los hechizos
de mi naturaleza.

Imagino tu piel en sábanas de un prado
y verde la planicie
que asoma virginal
el rocío que habita los cristales,

transparencias de luz
dentro del arcoíris,
lo que tu vientre alza
con restos del diluvio,

mareas de quietud
en las fuentes, que luego, serán las cataratas
que abisman el placer
bajo sombras que fingen ser ausencia
mientras arde un volcán en sus glaciares,

y acaricio también
el árbol que camina tus adentros,

como una sierpe
casi.



Manuel M. Barcia



lunes, 14 de enero de 2013


En el curioso ocaso



---


Cifrar la biología sin morir,
nacido en su existencia.

Un signo de lo oscuro
me tropieza el andar,
recuerdos de la infancia me envejecen...

como un Benjamin Button
a la inversa,


o acaso el futuro no es pueril cuando habla un espejo

y el rastro de la edad
como huella de un eco que disuelve
antiguos despertares.




Manuel M. Barcia




Renuncio a oír tu voz



---


Renuncio a oír tu voz, 
venideras prisiones 
que anuncian lo severo de tus normas
cuando tercias mujer 
con las uñas de acero
y afiladas.

Yo puedo ser en ti  una estación
con locuras de paso en las traviesas,
también choque de trenes
sin un guarda -raíl
que incite desigual
a la potencia hercúlea que seduce
la edad antropológica del hierro
en deshumanidades.

O la locomotora
del único vagón que porta fuego
cosido a las costillas,
que harán de mí un árbol que te crezca
todo el Orient- Express,
burlando en Estambul la noche amanecida
con lunas sólo a medias,

y púlsares enanas que convocan
ardientes plenilunios,
para nacer el sol,
surcar en tu interior la heliosfera,

o morir en nosotros
el último viaje,

un cosmos de ultraluz y sempiterno
que cubra de placer
la indiferencia.

Mas no busques en mí
al boxeador, 
siquiera a un esgrimista bajo cuerda,

no soy un telonero que se faje
con piel de las gallinas,

tan sólo hay un halcón entre mis piernas.





Manuel M. Barcia


domingo, 13 de enero de 2013


No hay nada que perder



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No temo la dureza de los versos
que apuñalan papel
con lápiz de carbón
en la interioridad de mi silencio,
excepto lo que sangra en el dolor
mentiras increíbles.

No hay nada que perder
en los tiempos que giran abstracciones,
si hubiera algo de mí
en esas impiedades que confieso,
tan lejos de mujer,
para encontrar la luz
cuando todo es olvido en la memoria,

y quedan solamente en el hastío
rituales de amor
que rezo con la mansa indiferencia
de quien busca a los solos
en templos de perdón,

sin que existan en mí otros rencores,
ni angustia, ni placer,
tan sólo libertad en lo que pienso
lugar para la esencia:

Sentir mi corazón al margen de las sombras,
si en los otros ya urde la maldad
y quieren destruirme con su fuego,

pretendiendo que arda en sus cenizas
raíces de temblor del frío de un cadáver

que finge, no desea.





Manuel M. Barcia




Amores imposibles



---


¡Te digo que te amo!
y que nunca me voy a arrepentir.


No son palabras mías,
porque yo del querer
soy tan libre albedrío
como arrepentimiento.

Son fragmentos de amores imposibles
que se pueden fulgir
abiertamente; vientos en temblores
con grito de emoción
que jura la pureza de lo eterno
en vértigos del ser,

sin tiempo de respuesta en el amado,

quizá por evasiones,
o porque no hay Amor
que dure las caricias
del flagelo en un látigo que Calle,

si tan sólo conversan
los ecos de un poeta silenciado.

(Hay cielos con inmensa negritud
de falsos Rafaeles,
tan fea desnudez
y con el culo al aire)




Manuel M. Barcia

Fuga de talentos



---


Como un viento que sopla bajo nieve
para siempre inmigrar
las lluvias que se alejan del otoño,
fluyendo de la piedra
juventud,
sin fuga de talentos,

y el aire que sustenta bajo piel
la etnia de un país,
y a sus hijos, sin hambre ni dolor,

-las únicas urgencias que le importan-

ya después los climáticos errores
y el tiempo que ha pasado,

porque a veces,
el destino de un César
y la vil puñalada de un traidor
y brutos que comprendan

no son la misma cosa.



Manuel M. Barcia



sábado, 12 de enero de 2013


Triunfan desasosiegos



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Sobre un tablero cristalino y ciego,
que no palpa, no late, no respira,
se desnuda el instinto que conspira
palabritas de fuego.

De: Jaque mate al sosiego (Morgana de Palacios)





Tú juegas con ventaja,
sabes tanto de mí,
que podrías matarme con envites,
mirándome a los ojos por detrás
y hurtando mis faroles,
sin que pudiera apenas defenderme
de tus habilidades,
tan intenso-morgánicas
que indultan
de sangre a las querellas.

Así que he de pintar
mis ases en tu boca,
y ataviarlos de suerte repentina,

o acaso sorprender tus intenciones
con la magia, tejiéndote ilusión
sin nudos en la soga,

no fuera que tu embrujo
pudiese chamuscarme de quimeras
ardiendo el mismo fuego.

Y mientras mentiré,
mostrando tatuajes
con letras manuscritas
en fábulas de ti,

sin moraleja.




Manuel M. Barcia




En otra libertad



---


No sólo hay un voyeur tras los barrotes.

He fabricado selvas para mí
con luz y sin ventanas.

¿Para qué lo salvaje
en otra libertad?

... Tal vez para olvidar que soy un hombre
con instinto animal,
o acaso escribir la poesía
con nombre de mujer,

-la etnia de un amor en lo sutil-

o porque nunca quiera
en mí al maltratador,
por débiles y vanas que parezcan
mis credo-confesiones.

Pero nunca leerás
la sangre que no sea de mis venas,
por mucho que yo finja ser suicidio
con verbo seductor en ritos de la muerte,

ni laureles que duerman en mis sueños.

Por eso, indiferencia.




Manuel M. Barcia




Guardián de soledades



---


No tengo Ditirambo que ofrecer,
allí mi alma entera
ocupa todo.

Pero sí una llave
capaz de desabrir todas las puertas,
incluso los dinteles de la sombra
cuando es fría la luz
que traspasa el umbral del corazón
con latidos de nadie,

para inspirar poemas
que fluyan solamente soledad
por únicas razones.

Es un pobre regalo
mi herencia en lo que soy,

pero entrego en tus dones la existencia
y cuarteles de mí

para irradiar sonrisas en tu boca
sin la culpa de un beso.


a Luz





Manuel M. Barcia





Celos (a)



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El alma dolorida

y la luz sin saber donde posarse,
tan honda la raíz
en el lumpen voraz de antiguas sombras.

Esos gritos que hostigan a tu mente
no tienen corazón

-se nombran celos-

o atributos del mal
campando libremente sinrazones,

hasta lo oscuro
casi.



Manuel M. Barcia




Indiferencia



---


Quiso retroceder mi sombra las distancias
que separan la noche
de luces al partir.

No pudo caminar
el azul de los tiempos
que asemejan senderos en diciembre
sembrados con las huellas de la huida,

y el invierno que vierten los adioses
con pétalos de luto entre las rosas

y el hielo en la oquedad de aquel jardín
donde antes la lluvia
fingió ser almanaque de los sueños,

y en su lago, los cisnes,
también con gavilanes y palomas
surcando paraísos de palabras
al viento,
con alas de inocencia.

No pudo navegar sobre sus aguas
sin golpes de la muerte en el timón,
latiendo sus orillas con desdén
e indiferencia,

lo que adentro más duele,
y sin embargo,

hay sombras que al morir ya nada esconden.



Manuel M. Barcia



jueves, 10 de enero de 2013


En una mancha



---

A veces imagino las gentes de un país
tan sólo en una mancha,

teñida de quijotes
que comulgan a solas
con molinos de viento...

y cerros con políticos volando,

o acaso fueran brotes de arcoiris,
tan verde  lo humeante
que fumaban.




Manuel M. Barcia




Reparaciones



---


Reparo desajustes del reloj
y espacios, tan perdidos,

memoria en lo que fui
la presencia que gira universos

de luz, tan derrotada.




Manuel M Barcia



miércoles, 9 de enero de 2013


Fragmentos de piel



---


No caben en vacíos de memoria
los sucesos de ti
y el abandono.

Hay etapas que niegan discurrir
el paso de los otros
sintiendo compañía en soledad

-tan sólo como excusa
de un destino infeliz-

y noches que devoran
la sed del corazón de los amantes
en el vórtice oscuro de algún sol
que amanece al ocaso,

y fechas de almanaque mutiladas
con fragmentos de piel
que arañaban la luz del interior,

antes de que el silencio,
con gritos de perdón,
te reclamase.




Manuel M. Barcia



martes, 8 de enero de 2013


Memoria



---


Mientras sueñan la luz
los párpados silentes de tu esfera,
yo custodio la noche
con ángeles caídos del recuerdo

y abril
emancipado de la sombra

y el tiempo perdurable
que a solas me conoce

tan sin patria.




Manuel M. Barcia



lunes, 7 de enero de 2013


Sin victimismo



---


Me han dicho que parezco
Arcipreste de Hita con un chicle en la boca,
y voz de una mujer,
y a veces, Calderón, y el dueño de Platero.

Incluso han comparado mis poemas
con el genio de Whitman,
-que más quisiera yo-
y alardes de Miguel, cuando gritan en mí
universos culpables de dolor
en las inspiraciones.

También me han encumbrado
en la soberbia,
sin más explicación en tal altura
que objetar mis delirios de grandeza
cuando soy en los versos
el  resplandor oculto de la luna,

y apenas Ditirambo donde huir
la reflexión, mis noches estrelladas
bajo el frío del alma,
congelado en Dioniso, tan adentro.

Tal vez nadie comprenda
mi oficio de escritor
como una confesión de pretensiones:

Obrar con sencillez,
sentir en los afectos de mí mismo
diálogos con dioses que no existen,

y a veces,
sólo utópica esperanza
donde sea factible
un embrujo de fuego
sin actos de ilusión,

o acaso un teatro que no cierra,

porque yo soy telón de lo invisible
que sueña ser humano,

sin gloria por la fe,
sin victimismo.




Manuel M. Barcia

Azul alrededor



---


Acaso fuera yo quien apagase
los días de mujer que avistan sol
tras la llovizna fresca
del aire vespertino en los balcones.

Revolotea enero
las huellas imborrables de la luz
emboscada de otoños,

hasta ser foto en sepia,

y horas despintadas en un lienzo
con amor en la nieve

y azul alrededor

para incitar pasión en los aromas
que furtivos, criaron madreselvas
bajo la calentura de la noche

y el sudor
que resbala de los sueños
lo que se ama por primera vez

entre diluvios casi.



Manuel M. Barcia



sábado, 5 de enero de 2013


Tan sólo era magia de los Reyes



---


Rocé con sutilezas el cartel
que acaricia tu puerta.

Había en el deseo de tu voz
ese mar de palabras
tan sólo concebibles en letra de mujer
angustiada por cárceles sin luz
que buscan libertad
desesperadamente,

acaso pretendiendo retraer
silentes calendarios
con el orgullo limpio de la espera
que custodia la flor
en las fechas de abril, interminables.

Tal vez fuese la magia de algún rey
el lazo del obsequio:

Tu amor de corazón y mil estrellas
temblando armonías
para siempre.




Manuel M. Barcia



viernes, 4 de enero de 2013


Amores sin leyenda



---


Tres voces que maldicen
la fe del escritor,
y todas enviándome al carajo
con luto en la soberbia.

Pues si he de morir
que sea dignamente sobre fuego,
sin luces de artificio,

tan sólo la reseña
de un olvido

sin rezos, sin disturbios menstruales
de amores sin leyenda,

si acaso una musa de perfil
con sílaba final
en el no por un beso

que oficie la dureza de un labio despintado,
con mármol entre dientes.




Manuel M. Barcia





jueves, 3 de enero de 2013


Búsquedas y ausencias




---








Salgo a levitar
 inspiraciones


(si no hay aire, vuelvo)














Lo promiscuo en la sed



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Dicen las otras lenguas
que nunca satisfacen las palabras
lo promiscuo en la sed,

ni siquiera con ébano en cristal,
si de África hablamos,

o de anchuras del Nilo
hasta desembocar
azul mediterráneo, si antes cupiese
el todo de mi lluvia
en fértiles desiertos anegados.

Pero yo no proveo de bóvedas celestes
a diosas sin maná,
solamente soy luz en lo invisible
capaz de redimir a los hambrientos
con aires de armonía,

y un abrazo que finge sanación,
aunque sea tan sólo
metáfora de sombra
conmigo a contraluz en tu silueta.

Porque ya eras océano y feliz,
antes de que yo fuera
trasvase del silencio

en la voz de tu intrépida aventura.




Manuel M. Barcia




Sobre huellas convexas



---



El escritor asiduo
de tanto andar
por el pasto de la imaginación

hace caminitos.

(Héctor Michi)






No hubo paradigma
entre mis pies y yo.

Jamás creí las dudas salvación.

Ser
o no ser,
tamaño disparate...

Demencia significa compañía
y espejo por sostén
que aglutine a los solos,

andar sin soluciones
sobre huellas convexas.



Manuel M. Barcia.







Hechizo de fuego



---


Sembré con los misterios de la noche
la flor de tu orfandad

y torrentes de luz
que nos fluían
bajo la incertidumbre del temblor

y luego cataratas

y gotas de rocío
al besar
nuestra lengua de fuego los pálpitos de nieve,

como laten al sol
las hojas de almanaque sin invierno,
día y noche abrazados,
mi piel junto a tu piel
sin extravío.

Cabían en aquellas estaciones
crepúsculos de mí a tumba abierta,
y tú
entre las fechas más calientes
ardiéndonos sin fin,

vaivén de las caderas
muy adentro.




Manuel M. Barcia



miércoles, 2 de enero de 2013


Ecos de improcedencia



---


aunque yo no te nombre
siempre estás
epidermis que excita los adentros
con labio de pasión
y caricias de luz en mis papeles

ardes mi libertad
con fervor en el duelo

ahuyentas de mis ojos la ceguera
como un faro vigía
que pretende mi ser
irrenunciable

y allí
solo me miras
turbando en los amantes la quietud
con susurros de nadie
y gritos de advertencia
en las voces del caos

para inducir la magia
en mi silencio
y que vuelva el amor
con repiques de mí

los cánticos que pueden escuchar
aquello que tú eres

acaso una intuición sin procedencia.



Manuel M. Barcia