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martes, 2 de octubre de 2012

NOSTRADAMUS



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Apócopes y breves anagramas
descomponiendo luz
en la noche apacible.

Yo puedo interpretarte,
ser signo en tus palabras,
lo que nos predestina.

Ensimismado leo
la celestial quietud de lo que nunca muere
soñando otra morada:

Los misteriosos versos, mi vida entre cuartetas,
la inútil profecía del futuro,
el insomnio en mis sales.



Manuel M. Barcia

2 comentarios:

Eva Lucía Armas dijo...

Me encantó, Manu.

Tenés una suavidad muy trascendente al escribir. A veces, cuando te leo esta clase de poemas, pienso que los escribe un lama.

Besoooooooootes

Unknown dijo...

Si acaso una aprendiz de ser, Luz, el lenguaje del alma.

Un beso.