Lugares comunes

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Donde la nada es
respiro junto a ti,

en el aire tan sólo una renuncia
viajandonos en alas de lo incierto,

así forja el amor su soledad,
para no ser olvido entre tinieblas,

para luego sentir relámpagos que adentran plenitud,
los dos la misma piel,
una caricia.



mmb

Borrrones

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No quedan en mis notas
signos por escribir.

Podría ser peor,
los instantes callados
apenas son espíritus en cruz,
reflexiones de mí
en lo no dicho
y páginas en blanco por memoria.

Bajo la superficie de un borrón
aún se pueden oír los ecos de la ausencia,
una tibia mudez, diálogos farsantes
y gritos de silencio.



mmb

No sé...

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Sé que fuimos la parte distendida
de otra inspiración, acaso un contrapunto
donde yo simulaba un gavilán
capaz de irrealidades,
jugando a ser vereda en el otoño
y cercanía en ti,
para observar tus más altas querencias
en las nupcias del agua con el aire
mientras llovías piel
por único sentido.

Sin embargo, no sé...
no sabría decir cuándo empezó
diciembre a ser maraña,
ni el porqué de su origen
en todas las sentencias,
negritud de los dos,

todo ese Apocalipsis del ayer
que nos tiñe de sombra.

No sé, pero te sé,
como un verso de amor
en palabras calladas.




mmb

Amistades peligrosas

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En esto de escribir hay cierto riesgo,
siempre cabe un lector capaz de converger
principios y finales a su antojo,
hacer de las palabras envoltura
para enlazar sutiles sentimientos
en la mercadería del amor

-sin que su precio importe-

ni que exista verdad en lo que creen quimeras,
convirtiendo en placer
la ironía por todo maridaje.

Fingen ser corazón de hada madrina
y luego cenicienta,
o zapato con huellas de cristal
y príncipe amañado
que a golpe de las sombras se hace fuerte.

En esta falsa luz
hay amores que matan,
ya sea a pleno sol
o ideando las voces de un suicidio
que parece un poema,

pero no,
los versos tienen cierta irrealidad,
no hay sílabas caídas
ni mentes sanadoras que puedan corregir
tan infausta locura,

sólo destruimiento.




mmb

Del hallazgo en dos

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Como un púlsar que induce magnetismo
en estrellas lejanas,
giras mundos sencillos y me atraes...

Y allí, con rayos equis, miramos lo interior
de un espejo binario,
la inmensa geometría que amanece
creaciones sin rumbo,
períodos de ingrato devenir
y el tiempo del amor,

y  esa fechas dispares que son conjugación
de lo impar en sí mismo,

la eterna esclavitud en el espacio
de universos errantes
que recaman lo etéreo cada día,

como si fueran luz
en lo invisible.


mmb

Escribo fin

Casi es la Navidad, y como siempre
la tarea de unir la ensoñación
a cánticos dichosos y palabras
que ansían el amor hasta lo eterno,

el tiempo donde tenga exactitud
la conciencia del hombre
sin un presente roto en su misterio.

Fingiré que yo soy
lo próspero y feliz a puño y letra,
una luz que se enciende en el papel
para nombrar la paz,
y un símbolo que tenga por estrella
el lugar de Belén,
con reyes y pastores hermanados
en algún nacimiento,

un alma que ofrecer en esta ofrenda,
aunque sea de un niño
que luego ha de morir crucificado.

Mientras escribo fin
una ilusión se calla...




mmb

Des-umbilical

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No fue un ángel
quien nos imaginó su propia luz
atándome a tu instinto maternal
con un lazo de vida.

Todo ser tiene un padre,
aunque no pueda yo determinar
si era puro aquel gen o tan sólo la muestra
de la furia de un dios
que a lo predestinado desconvoca
y convierte en dolor,

la infancia y el pasado, la memoria... ¿de quién?

acaso de mi olvido.



mmb

A pie de foto

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Miro fotos antiguas,
imágenes de mí
con la vaga esperanza de encontrarme
farol de una sonrisa,
junto a la ingenuidad de algún reflejo
que siendo fiel
me quiera.

Sin embargo,
no puedo recordar,
no sé cuando empezó
el hartazgo, la amnesia, la dócil servidumbre
de rendir memoriales a fuerza de rigor,
creyéndome verdad
en causas sin motivo.

Por párvulo que sea en el ayer
seguiré siendo exilio
en un álbum de culpas,
incluso alguna noche, depresión,
porque amo la vida,

-sí, ya sé que resulta este vivir
harto contradictorio-

pero yo soy un tipo muy dado a divagar:

celebro cada día mi no ser inconstante,
endulzo la tristeza con dosis de alborozo
y después
inexisto,

apago los colores, me hago sepia.



mmb

El soñador

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Antes de que los sueños fueran sueño
las palabras fingían soledad
y el sigilo sin causa en lo febril,
mientras era la noche conciencia de los dioses.

Debajo de la almohada
un ángel vengador
huye el silencio.

Mi yo desconocido nunca teme perderse,
su paisaje es la luz,
y su otra mitad, promesa de lo antiguo,
un grito hacia lo externo,

acaso lo incipiente en mi locura,
las voces que conturban
a todo soñador

donde
no
hay
nadie.




mmb

Los ojos del viento

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En las conversaciones que no acaban
el destino creció
las palabras a solas,
una oración sin nadie.

Para ser inmortal
no es preciso sentir lo que los otros piensan
acerca de los versos, ni el temor
a las preces vacías
que puedan hospedarse entre los sueños,

ni su inútil perdón
gritando soledad,
su mudez, sus finales.

En los ojos del viento
sólo hay miras al sur,
plegarias que caminan por el aire,

un rezo de mí mismo,
la poesía
casi.




mmb

Muerte ilesa

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En nuestra muerte, ilesa.

Como si fueras tú
lo inesperado,
un beso sin después,
lo que hechiza la carne
y es bálsamo en dos vidas.

Igual que la ardedura de la luz,
sembraré lo difícil
haciéndote calor junto a mi sombra,
afán que nunca supe
y contigo aprendí,

pretexto que faltaba para ser
seducción de la espera,
del frío esclavitud que contamina
el desnudo en tus ingles,

-los dos una raíz-

y luego la humedad de los ciclos lluviosos
que huellan el amor
con las noches de abril en círculos pequeños.



mmb

La semilla del deseo

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Un pozo, una mujer
y la sed de algún hombre
lujuriando en los dos
y viceversa.

Ecuaciones que quieren albergar
los signos del deseo,
las raíces que entrañen solución
en donde cada cual desintimide
lo que siembra la noche
a ras de un labrador que gotea la savia
para ser aprendiz en biología

y esa luz en la rosa que se abre
inesperadamente,

que ofrece su jardín, de súbito cristal,
como un ciego que avista lo infinito
y ara sus honduras
presintiendo que alguien se fertiliza y bebe.



mmb

Quemar lo cotidiano

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No fue ceniza tuya
quien ardió
el origen del fuego.

Fue nuestra sinrazón en la costumbre
de ser tiemblo y tristeza,
agonía en la sed,
esa respiración acompasada
que disuelve a los solos
con instinto animal,

que los diseca.

Los restos del amor son calentura,
antorcha para dos
y un mismo infierno.



mmb

En la delicadeza

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Cualquier cosa es posible
si la imaginación nos asesora,
nos transporta a la edad
donde fluye el amor del tiempo de la magia
y todo es contenido.

En su delicadeza
las futuras pasiones son las alas de ti
soñando libertades
y lo que nunca ha sido poblador
de mundos inflexibles,

-si acaso alguna vez,
rompedura de calmas en sitios del silencio-
antes de ser talud
y el estremecimiento en tu materia.

Así es como llegabas,
con sutiles temblores,
frontera de un susurro que limita el mensaje
para lo alentador
de una sonrisa,

a rastras de otro labio
donde somos ardientes
y lento el jadear
que nos reposa.




mmb

Premonición

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Saber que estás ahí,
aunque sea tu voz
interrogante.

Desconocer tu nombre
y escuchar, sin embargo,
el eco de mí mismo en tu interior

y también lo invidente
que nos ciega
con signos de orfandad
mientras fluye el vacío.

Soy distinto de ti,
pero igual el deseo
que invade nuestra frágil cercanía
aunque yo no lo quiera.

Somos sombra y pretexto
de lo que yace amor,
vivencia de una imagen
desposeída y sola,

la luz que nadie oye
y nos revela.



mmb

El pórtico del estro

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Un verso no precisa
tener una razón
para vivir.

En su libre albedrío
la muerte se gemela con lo astral
para luego nacer
la mano de un escriba,
heredero de un cosmos invisible
que transita la luz
haciéndose palabra entre las sombras.

Más allá de la noche,
solo en su desnudez,
memoriza la imagen de un poema
antes de ser espejo
y consumirse.

La voz de un pensamiento le urge los secretos
de lo inexplicable.



mmb