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Intuías, dolor,
que nadie velaría nuestro duelo
cuando el cuerpo es holganza de lo amado.
Supimos que la vida terminaba,
la que nos sabe huidizos
mientras arde la alquima en su muerte
y crece hasta la cúspide del frío
la raíz insaciable del silencio.
Y fuimos arenisca del diluvio,
del fuego la ceniza,
el cieno en la caída de los dioses.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Sebastián Rey", de Fiama Hasse Pais Brandão (Portugal,
1938-2007)
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No llegó con manto
ni con pañuelo y llanto
No entró en la barra
con pendón y amarra
No vino en corcel
con toda su gente
No volvió de la guerra
con los m...
Hace 1 hora
4 comentarios:
Bello poema, lamento por la ausencia, por ese esperado fin tan incierto. Siempre con la mirada del oficio del poeta.
Mi cariño de siempre Manuel.
Mi abrazo air-hasta-México, Leticia, y mi más sincero agradecimiento por tus días de amistad.
Un beso
Hermoso, aunque triste poema, Manuel.
Te dejo un abrazo de meiga
Ana
Los atardeceres son tristes... ¿ y qué?
Hay en su crepúsculo universos de belleza, meiga.
Un beso
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