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martes, 20 de enero de 2009

Y AHORA DUERME, QUERIDA POESÍA

*
Nunca supe declinar tu infinito.
Aún busco una caricia intencionada
que esparza tu existencia en la mía,
las metáforas que nunca escribirás,
presagios de un amor que no se intuye.

Tampoco sé tu forma.
Y sin embargo,
mis sueños, la sangre furtiva enamorada,
este oasis de ciega arqueología
que es voz en mi desierto,

me permite imaginar
la exacta extensión de tu silueta.

Puedo escuchar tu sombra,
- ecos del silencio que juntos contemplamos impasibles -
la insondable
levedad de nosotros,
su música, abriéndose a tu paso,
y la certeza de mi holograma de luz que crece en tu mitad.
Mientras sigo el devenir de todos los secretos,
también puedo alejarme del misterio
y ser piel del deseo en tu mundo de pulsión.

Y ahora duerme, querida Poesía,
pues todo bajo el cielo será porque me callo.



Manuel M. Barcia

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

La poesía duerme y se despierta cuando quiere ella. No creas que podrás acallarla con la voluntad. En realidad la Poesía tiene vida propia. Cuando descubras que es un Ser, como tú o como yo te darás cuenta de que estás perdido...como lo estoy yo en ese mundo de palabras.

Un abrazo, Manuel
Ana

Unknown dijo...

¿Quién puede volar en la sombra del sueño salvo aquel que ha sido despojado de sus alas?...

Duerme la poesía, suena su eco en mi destino, lejos. Ya no queda embrujo en el fuego, ni en el poeta un sueño vivo.


Un abrazo, Ana
Manuel