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sábado, 21 de febrero de 2009

CON VOZ PROPIA

*
Nada está escrito en el manual del corazón
ni en su tesis biológica,

ni que se trate de un órgano salvaje
sin más ley en su obediencia
que la razón de un ente solitario.

Pensaba que ese músculo del tiempo
tañía en sus latidos
susurros abrazados al silencio.

Creía en los adentros de mis sueños
que la sangre que recorre sus venas
arrastra en su sonido los deseos secretos
sin saber si es torrente o melodía.

Me ayudan a crecer los desengaños,
aunque mis vísceras no puedan distinguir
las reglas del amor con transparencia.

Y cuando alegre y ocioso despierto,
la vida es sólo un pacto entre nosotros
que se inunda de ríos de existencia
con voz propia en su latir.


Manuel M. Barcia

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es melodia