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* No importan los instantes suspensivos. Actúo al revés y punto!
* Recordar a mi memoria lo inútil que resulta el tiempo del olvido.
* ¿Quién era esa mujer que viajaba en la trasera de mi moto? ¿En dónde se apeó?
* No hablar conmigo mismo en luna llena.
* Es el cuatrianiversario de mi blog. ¿Será así cómo se dice? ¿Será el cuatro el número confín?
No encuentro qué rimar con celebraciones...
* Debo escribir el último poema. Hace tiempo que no hago promesas infundadas.
* Elegir un color para las tardes de otoño. (Azul tenue tal vez...)
* Borrarme de la peña. No ir nunca jamás al karaoke. Bajar música celta cuando pueda.
* ... Y si estuviera loco de verdad... ¿Quién atendería los estados depresivos de mi psicoanalista?
Responder afirmativamente siempre, por si acaso.
* Consultar cuando llega la andropausia. Decirle que no existe.
Manuel M. Barcia
6 comentarios:
Ay Manu, no seas dramático, que los hombres nunca son viejos. De verdad te lo digo. Las mujeres sí se ponen viejas, pero los hombres, es otro cantar.
La vejez es una cuestión mental. Son tan liiiiiiiiindos los 17.
Besooooooooooooootes.
Una declaración de intenciones muy interesante. Si nos rendimos a las evidencias estaremos muertos. El cuerpo envejece, la mente, crece con el tiempo. Un placer leer y reflexionar con tus letras. Abrazos. Soledad
No soy dramático, Luz, soy... la melodía exhausta! jaja
Un beso.
Gracias por tu eterna juventud en estos versos, Soledad.
Un abrazo.
Hola Manuel
Estoy visitando tu blog , me gusta y me parece muy interesante tu texto. Un beso
Agradecido por tu visita, Hanna.
Un beso.
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