Pensé que la poesía me bastaba,
que amar era sencillo,
que el hecho de escribir mis sentimientos
no supone un reflejo de la vida,
sino un rito de luz en las palabras
que emergen de los sueños con voz propia
Porque sólo los locos,
creemos que soñar es algo hermoso,
que no sirven de nada
las críticas mordaces de la noche
cuando tiende su arco de existencia
con ángeles de sombra
que planean la duda bajo el cielo
Y busco un atajo a mi niñez,
apenas advertida de los males
que turban los instantes de inocencia
cuando se abre el laberinto sin salida
Tan próximo a las puertas de mi alma,
siento como se abrazan los amantes,
descubro los enigmas
que siguen lento curso de nosotros
ansiando todavía ser promesa
Y allí donde no llega el pensamiento,
se siguen recreando
mis juegos inmortales de poeta,
el eco que imagina
latir mi corazón
mientras soy creador de lo ilusorio
... y tú aún por hacer.
Manuel M. Barcia
1 comentario:
Un poema muy hermoso, Manuel. Todos queremos recuperar la infancia perdida, la inocencia, el asombro, el sueño, la utopía. Sin sueños no podemos salir a la calle.
Un beso de meiga
Ana
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