He visto como tiembla tu mirada
forjada bajo párpados de acero
Tan sólo fue un instante de intuición,
tal vez una señal de buen augurio
con la vaga promesa
de ser un vaticinio por venir
No conoces mi alma,
ni la luz abrasada por la noche
que habita en su secreto
Sin embargo, penetras mis pupilas,
hilando pentagramas de metal
allí donde la música es olvido
Y traspasas el iris del silencio
devorando mis ojos
con tu gesto inmutable de quietud
Y con la soledad de los cautivos
declino ante el insomnio que me atrapa
la letra interminable de un poema,
donde eres la imagen del destino
y el ave con la mística figura
que vuela sin plumaje mis quimeras.
Manuel M. Barcia
1 comentario:
Fabuloso y misterioso poema, Manuel.
Me ha encantado esta mirada del búho.
Felicidades
Un beso de meiga
Ana
Publicar un comentario