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No busques en los páramos de ayer
y acéptame mellizo por costumbre,
milagro cada día de la imagen fetal
de ti, todos los años,
igual eternamente,
ya casi dos mitades perpetuadas
en un hombre completo.
Sé géminis de luz
y apaga nuestros sueños fluorescentes
mientras nos deslizamos con iris de penumbra
en noches de pretéritos informes
escritos con la sombra del insomnio.
Y que nada nos turbe,
salvo los parpadeos de la luna
con brillo en plentitud
que una supernova juvenece.
¿Habría ya escuchado nuestra voz
en su pleno silencio?
No hay sitio para tres cuando viaja el delirio
y en el ego me ocupa,
tan génesis de mí,
anti - convexo,
capaz de albergarme
lejos de porvenires tan cercanos,
cristalino,
ausente la mirada,
conmigo en mi reflejo.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 5 horas
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