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Por piedra pura, indiferente, callas:
callar de piedra, que otras y otras rosas
me pones y me pones en las manos.
Miguel Hernández
En mi debilidad,
integramente tú,
a pesar de los ojos que juzgan lo febril
cegándome de ardor sobreviviente
desexilio y cenizas.
No hay bálsamo que alivie mi dolor,
ni dioses, ni poder,
ni siquiera ideal por sacrificio
para penitenciar las soledades
de mi cárcel sin ti.
Llegan las energías de otro sur,
como si renacieran de un suicidio,
como si de la sed brotásemos la lluvia
por toda sanación
y océnos de luz
pretendiendo ser flujo en tus entrañas,
de mí
la profecía,
lo convexo en la noche,
amor,
nuestros vigores.
mmb
4 comentarios:
!!Hola,Manuel!!
Y te levantas por mucho que el corazon te tiemble,desnuda tu alma y humedecida hasta la medula.
Siempre es un placer venir a tu maravilloso espacio.Muchisimos besitos,poeta.Buen finde.
Gracias por tu sempiterna caricia, Lady.
Un beso.
saludos Manuel,
me gusta lo que leo.
Un beso
Me gusta que te guste, Liz.
Gracias por tu tiempo de lectura.
Un beso.
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