The blemish

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Para sonetizar un pensamiento
no es preciso un apóstol por guión
de pelis en memoria, ni siquiera
profundas convicciones del sentir.

Acaso en lo imperfecto haya teorías
que jamás nos condenen, la moral
que suponen las falsas libertades
en donde quepa un alma y también Dios.

Tal vez sea mejor una mentira,
buscar la tentación en la mujer
sin propósito alguno de estrellato,

o esas grabaciones en la cama,
sin más protagonistas que un amor
y diez mil teleseries sin finales.


mmb