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domingo, 2 de febrero de 2014

Mi signo es Escorpión, no hago rehenes



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No me digas: primor,
sin antes enlutar mi nacimiento
con los sucios rincones de tu baba.

No pretendas fingir que soy maligno,
demonia como tú,
ya casi despreciable criatura
que merezca una prótesis de amor
para ser la burbuja en tu sangría
mientras mientes y juegas,
igual que son blasfemia los vampiros
cuando chupan el cuello
sintiéndose pasión
avidamente.

No estoy predestinado a ser ganzúa
que abra tu boquita,
mejor busca alacrán que pueda compartir
tu asqueroso veneno,

seguro que por ti, morirá para siempre.




mmb




1 comentario:

María José Collado dijo...

Somos los habitantes del desierto, cuando sentimos la mano aplastante del rechazo proyectamos el veneno contra nosotros mismos. Somos pasión, renacimiento, el humo que huye de lo mediocre.