No estás, pero te veo cuando forjas la noche
con brillos de ilusión y un alfil te desliza
por entre diagonales
para ser la defensa de un reinado sutil,
donde torres, caballos y peones
apenas son figuras sobre polvo,
torpemente perdidos en negrura
mientras siembra el albor opciones atacantes
por todas las casillas.
No es de locos jugar a ser jaque de un sueño.
¿Qué acto de justicia podría comprender
tan lenta ejecución en brazos de un soldado?
Entre todas las reinas
tú eres la mujer
que yo perseguiría por todos los rincones,
mi amor, si lo quisiera, ese fino cristal
que a veces es examen de silencios,
pero nunca objeción
cuando grito tu nombre
y surges invisible de las sombras.
mmb
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