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He vuelto,
vocación de ti,
como alma que surge del destierro.
Retrocedo al origen del caudal,
-furtivo de la sed-
y nado todavía paraísos de lluvia incesante,
suspiro en el glacial
desvelo en la cascada de temblores.
Y tus ojos cerrados,
aún náufraga en la noche.
Manuel M. Barcia
La eternidad de la espera
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Vendrá, tal vez, el orden que no vi desde la honda
profusión de los gestos inmóviles, llegará el aire
limpio o el humo que calcina el rubor de la ni...
Hace 2 horas
1 comentario:
Qué bárbaro, qué derroche de cretividad. No puedo sustraerme a seguir leyendo. Y lo leo y tengo que volver a leerlo.
Tu voz poetica debería ir mas allá de este blog. Lo creo imprescindible.
Un abrazo.
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