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Vienes de los sueños habitados por la noche
que duermen las imágenes de abril,
espejismo de sol
en el espejo roto
donde amaron mis ojos siluetas de oscurana.
Llegas del extravío,
penúltima estación de los que buscan
el fractal del amor,
los límites extremos del árbol de la vida,
el viento que improvisa
el cosmos existente cuando tú nos llovías.
Es demasiado pronto,
temprano este equinoccio aún,
para desperezar el ojo que ilumina
el magma que desprende primaveras
cuando el fuego se incendia por mi sangre,
más hondo que tu herida.
Porque nunca habrá luz si eres sombra,
si yo he de libertar el ardor que te inflama
mordiéndo la sonrisa del otoño.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Sebastián Rey", de Fiama Hasse Pais Brandão (Portugal,
1938-2007)
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No llegó con manto
ni con pañuelo y llanto
No entró en la barra
con pendón y amarra
No vino en corcel
con toda su gente
No volvió de la guerra
con los m...
Hace 3 horas
4 comentarios:
Preeeecioooosoooooo, Manuel.
Cada verso es una pequeña joya.
Te leo y te sigo
Un abrazo de meiga
Ana
Gracias por estas huellas de ti en mis humildes versos, meiga.
Un beso
tienes toda la raz'on, Ana
un abrazo, Manuel
Gracias por tu vuelo, Abril.
Un abrazo grande
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