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Hoy soy yo quien te nombra,
mar
también azul
y palabra mujer abrazada a Neptuno.
Han vuelto a florecer los tulipanes
y tú entre paréntesis, versando
la oración que persigue las vocales.
Y vuelves a subir a las estrellas,
trepando sin tacones,
creciendo diminuta
la esencia de tus ansias de vivir,
poquito a poco,
mies de trigo en ciernes y agua de molino,
libertaria tu voz,
mientras el silencio
pastorea la espuma
y te amanece.
Manuel M. Barcia
Entre las hayas celestiales: tres poemas de Alba Seoane
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SEDIMENTO
El amor de las rocas está escrito
circula como los efluvios
por su piel áspera
lo escuchan al atardecer
perros famélicos
lectores de huesos y...
Hace 41 minutos
4 comentarios:
Un poema de categoría. Creativo y lleno de vocaciones.
Un abrazo.
Agradezco tu amigable compañía, Perfecto.
Un abrazo grande.
Sense paraúles.
Concha dixit
No son necesarias, mar. La espuma pastorea.
Un beso
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