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miércoles, 27 de marzo de 2013

Paréntesis de ardor



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Algún día, las huestes del deseo
rendirán servidumbre muy lejos de la piel,
tan adentro de ti,
más profunda su huella que mi paso.

Entonces yo me iré,
procesión de la noche junto al caos,
hastío del clamor en lo triunfal,

la música del viento que ahora piso
para que no ensombrezcas,

para brotar silencio
y el brillo de los dos soñando a solas
la memoria del tacto,

paréntesis de ardor,
la quema de los cuerpos.




mmb



4 comentarios:

María José Collado dijo...

A mí me quedan los puntos suspensivos, no elogio fácilmente pero tampoco sé expresar en estos momentos con exactitud las sensaciones y los sentimientos que como un mecanismo de precisión has puesto en marcha en mi interior.

Un saludo

Mirella S. dijo...

Elegiste bien el título de tu blog.
Hay fuego en tus palabras, pero no es un fuego arrasante, al menos para mí.
No soy ducha en poesía, así que hablo de lo que me produce. La llama de tu palabra ilumina rincones oscuros, que están y a veces no se ven (o no se quieren ver), los muestra y no los destruye.
Saludos desde Baires

Unknown dijo...

También la luz puede arder en el silencio, María José, igual que las palabras en la nieve, o el tiempo de un poema en la carbonería...

Gracias por tu caricia en estos versos.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Nadie diría que tu idioma no dicte poesía, Mirella. Hay luz que parpadea sentimientos de musa y ojos en tu lengua.

Gracias de nuevo por estar.

Un abrazo.