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viernes, 14 de junio de 2013

A golpes de lo exhausto



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Tu imagen frente a mí
con la esperanza rota
y roto el corazón
por incontables golpes de lo exhausto.

Y yo desde la umbría sabedor
de la inútil proclama,
de grises que no admiten transparencia
en su opaca quietud.

Somos -en esta extraña conjunción-
palidez que contempla
las luces del destierro.

Pero no quiero ser el hombre amortajado de un poema,
ni en ti a la mujer
que resucite amor
en los cristales.

Tu sonrisa me basta,
y trémulo el deseo que apacigüe
los instantes de sol
que sin llegar a clímax nos cupiera
por los ojos cerrados.




mmb




8 comentarios:

Sara O. Durán dijo...

Es muy bueno, estremecedor, fuerte! Me ha gustado bastante. Gracias por compartirlo.
Mi saludo y abrazo.

Morgana de Palacios dijo...

Para amortajarte a ti en un poema, habría que atarte esa lengua escandalosa que tienes y lo veo complicadísimo.

Una sonrisa vidriosa (ríome).

Namasté.

Toño dijo...


Encuentro tu poema denso, intenso.
Para releer de vez en cuando.
Me ha gustado.

Un saludo.

María José Collado dijo...

Todo aquello aventado por las cenizas tiene las alas rotas, un futuro mascado por la agonía.

Un saludo

Unknown dijo...

Sara

Gracias por detenerte en estos versos.

Un abrazo.

Unknown dijo...

M de P

Morí, or not, te vi ! jaja

Qué buena esa soga en el estro, tejedora. Me encantó.


Abrazo tentacular, Mor.

Unknown dijo...

Toño

Espero se te haga más fluido en próximas lecturas, Toño. A mí ya no me queda anti-almidón... :)

Gracias por tu paso y tus palabras.



Un abrazo

Unknown dijo...

María José Collado

O no...

Acaso lo que vuela en aflicción tenga un efecto boomerang, sea un porvenir en la raíz de la existencia...

Gracias por tu poética reflexión.


Un abrazo.