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Cautiva de la luz
y Venus rebosante,
crepúsculo febril.
Y no hay sombras de ti que puedan traicionarme,
la noche languidece
con reflejos del sol en las pupilas,
mi cristal y tu escarcha.
Manuel M. Barcia
Cómo cambian los tiempos
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Recuerdo aquel domingo de fútbol
en que nos tocó la quiniela.
Doce aciertos de catorce.
En total tres mil pesetas cada uno
-para dos chavales de ...
Hace 4 horas
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