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Cuando el mar revindica planicies de silencio
su rítmico Padam nos acompaña,
nos envuelve la piel
al son de la invisible partitura
del viento en el exilio.
Y agita dulcemente tu perfil en la roca,
acaricia de lejos
tu sombra diminuta de mujer,
parece transformar los cabellos en brisa,
airear tu belleza.
Y luego, ¿sabes qué?
Nos recuerda las cosas más sencillas,
los sueños que se pierden,
las risas que comulgan con un gesto,
... o a ese colibrí
atento a mi llamada
que vuela sempiterno el mes de Abril
y veloz te aletea,
espantando abejorros,
feliz a nuestro encuentro.
Manuel M. Barcia.
Hay tanto placer en tus labios
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Hay tanto placer en un beso
Que solo imaginarlo
Me retuerce el deseo
De acariciar
Un verso en el pubis de tu cuerpo
Y una caricia en el clíto...
Hace 1 hora
2 comentarios:
" espantando abejorros ", me fascina esa imagen, y ¿sabes qué?, pues que es como de cuento.
Concha dixit.
Sí, en las páginas de un cuento se pueden escribir las cosas más sencillas, incluso relatar nuestros recuerdos. Se puede repeinar a las palmeras, calzar con calcetines los ciempiés, traspasar horizontes de mar, bailar valses sin fronteras.
Enfin, ¿qué quieres que le cuente a la mejor cuentacuentos del mundo mundial?.. jaja
Me alegra mucho que te guste este poema, Concha. Gracias por venir.
Un beso
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