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Resuena todavía aquel musette.
Danza libre tu amor, notas al viento
de una suite pastoril y mariposas.
El límite del tiempo no existe,
la luz relampaguea en la mujer
despertando acordes de emoción
ocultos tras el rostro de la noche.
Y yo bailaba solo, sobre el mar
también embravecido en la locura
de podernos temblar, inmensamente,
fuelle de acordeón y el infinito.
Manuel M. Barcia
Quemadura
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En el mar de mi piel el ojo negro del dolor,
cuál el origen si no había otra luz que la de un sol
de verano; llegó el áspid con el silbido innoble d...
Hace 8 horas
4 comentarios:
Delicioso, este poema es delicioso, es lo primero que me ha venido a la boca al leerlo.
Concha dixit.
Me alegra ser en ti tanta emoción, Concha.
Gracias por tu eco de mar en esta sinfonía de música y palabras.
Un beso
Tu poema como danzar con el amor...
Un saludo cariñoso desde mi Blog.
Es una imagen preciosa, Leticia. Gracias por recrearla entre los ecos del Musette.
Un beso
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