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jueves, 30 de abril de 2009

miércoles, 29 de abril de 2009

EXTERIORES

*
Pudo elegir la vida entre los sueños.

Pero quiso doblar lo que no existe
dejando la mudez a sus espaldas,
esas voces de adentro que a veces enajenan,
cortina de la cárcel
que cierra el horizonte de la umbría.

Y se condujo alegre
por los cauces de días volanderos,
inundando de acento las palabras,
peregrina de la luz
a través de las sombras
hacia vastos dominios de existencia.

Desterrada para siempre de la duda,
recreó un tiempo inmemorial en el recuerdo
imposible de explorar
por el miedo vencido en la memoria.

En ciertas ocasiones
la noche nos ofrece tratos de favor

- nos juzga la muy negra -

sólo su apelación podrá salvarnos.



Manuel M. Barcia

GACELA Y ELEFANTE

*
Pisadas de elefante
que vuelan sin pereza.

Una pregunta

¿qué queda de nosotros?

Clamor en mansedumbre
grito lastrado
que nunca ha sido libre

que duerme.



Manuel M. Barcia

martes, 28 de abril de 2009


UN MANTO DE HIELO

*
En nuestro amor larvado,
teje un manto de hielo
la fría soledad en que se pudre
el caduco epitafio de su sombra.


Manuel M. Barcia

lunes, 27 de abril de 2009

sábado, 25 de abril de 2009

EL EXILIO DEL ESPANTAPÁJAROS

*
Eran ojos vigías en medio de la nada.

Una mirada perdida y su sombra
de luces incoloras según quien las contemple,
proyecta una figura más honda que su cuerpo,
con los brazos abiertos,
lastrada en su quietud,
respirando distancia.

De su raíz eterna,
en las que fueron míticas quimeras,
imagina otro mundo
tras la paja exilado.

Y supo que la muerte se alejaba
cuando vuelve la luz de su destierro.
Que bajo lo más alto
el aire es como lava en el silencio
fundiendo los secretos.

Que se puede enmudecer al deseo
con noches apacibles de sombras diminutas,
como ardor que se agita
incendiando la niebla.

Y halló tras el misterio un himno nuevo:

La libertad es sólo un sueño frágil
que se abraza a la vida
cuando despierta envuelta en sus andrajos.


Manuel M. Barcia

viernes, 24 de abril de 2009


EL HIMNO DE TU LUZ

*
Fractales luminosos te acompañan
en el rastro de días venideros.
Luce alto el tránsito,
inicio de universo en acechanza.
Cosmos nunca explorado,
irremediable vínculo que ocupo.
¿Dónde una diosa nos contempla?
¿Acaso el cielo fecunda su palabra?
Difundiendo en tu luz un mundo nuevo
escribes poderosa
sombras de lo amado.


A mi meiga, amiga y aire que respiro.


Manuel

lunes, 20 de abril de 2009

viernes, 17 de abril de 2009

NADIE VUELA MÁS ALTO

*
Dos alas invisibles
se abren al misterio
del éter que me nombra.
La carga de lo eterno
me sostiene. Levanta
mi alma. En su puro
sosiego,
sólo sombras del aire
que disuelven las dudas
en el vientre del tiempo
asomado al vacío.
Un ángel del silencio
acalla la penumbra
en la noche encendida.
Siento como un impulso
abandona mi cuerpo
sin huellas ni ataduras.
Nadie vuela más alto.
Ya nada es conjetura.
Cuando el mundo se extiende cielo arriba
todo es volátil y luz;

Soy pájaro endiosado,
astral,
aura de mi sombra.



Manuel M. Barcia

jueves, 16 de abril de 2009

domingo, 12 de abril de 2009

EL TIEMPO QUE NO EXISTE

*
El tiempo que no existe
señala la frontera
y su atadura
luz que se cierra
más allá de la nada inaceptable.



Manuel M. Barcia

sábado, 11 de abril de 2009

SI VOLARA LA NOCHE

*
Si volara la noche,
si me inventara,
si a su vientre adherido,
inmaculado,
abrazado a lo oscuro,
alcanzara sus alas
levitando los sueños
para cegar la sombra
ardida a contraluz
cautiva eternamente
en su misterio.

Si asomara, apenas
un rayo desnudo,
un desnudo aliento,
tributando la espera,
el deseo,
el fruto prohibido,
la húmeda serpiente,
la lluvia,
el rojo de tus mares,
la risa de tus labios,
el agua de tu piel,
mi sed,
el pozo de tu boca,
la sal de lo secreto,
el ardor esposado
al fuego de esa alquimia que me quema,

si volara la noche...

la luz que te derrama a la deriva
y es vida interminable.



Manuel M. Barcia

viernes, 10 de abril de 2009


OCÉANOS ALADOS

*
Cuando el mar me circunda
y derrama mi rumbo
convierte la utopía en algo cotidiano
que en azules y blancos atraviesa la escena.

El cielo de las aves
preñado de gaviotas.
El mundo en todas partes
y en todo lo que amo,
la mirada hacia el sur,
al norte el sentimiento
en forma de existencia.
Quizás había atajos,
las huellas del asombro,
las sombras olvidadas
tantas veces del sueño.
Y mi alma de puntillas,
al viento,
caprichosa en el aire.

Océanos alados que la memoria encuentra
detrás del horizonte de otro tiempo lejano,
donde es reflejo la luz,
de aquello que habitamos.



Manuel M. Barcia

DE MÍ HARÉ UN CREDO EN EL SILENCIO

*
Mientras danza la sombra del recuerdo,
han salido mis actos de su espacio,
era el eco de los sueños tan extenso...
parecía penetrar en el tiempo
la voz de un laberinto para siempre.

Me asombra entonces un mar de sensaciones
cuando eran posibles océanos enteros
donde late la vida
los restos de un naufragio.

Sumido
en su belleza
de mí haré un credo en el silencio.



Manuel M. Barcia

jueves, 9 de abril de 2009

CON PUNTOS SUSPENSIVOS

*
Sí :
la realidad propone siempre sueños,
más sólo uno entre muchos elige la mirada.

Ángel González






En el embrujo del fuego,
el tiempo y las quimeras se asemejan
a la quietud que alumbra el pensamiento
cuando arde el deseo
en la sombra del frío.
Para vivir a solas,
para dormir desnudo,
como el canto de un himno
tras los mudos acordes del silencio.
Para desafiar en la memoria
la lucidez vacía
que escriben las palabras nunca dichas
esperando algún signo de socorro.
Para volar en otros horizontes
que albergan a la luz que no se apaga,
que pertenece
a los días ilusorios del viento
donde la noche se pierde.

Y aquellos sueños
durmieron para siempre
imaginando la realidad soñada
tras un verso con puntos suspensivos
...



Manuel M. Barcia

martes, 7 de abril de 2009


ALGO TRAMA LA LLUVIA

*
Algo trama la lluvia
en la sed del deseo,
como un mar que se aquieta
atormentado
por la indolencia del agua dormida,

... y entonces sueña,

para evitar que caigan
sus gotas lacrimales en silencio.



Manuel M. Barcia

lunes, 6 de abril de 2009


BOHEMIOS

*
Anocheciendo, por el aire, flota
la libertad que ata a los bohemios. Nada
huye ni se altera
sino el flujo del posible devenir
del deseo. Sin sombra de lo amado,
sin látigos ni heridas, el bohemio celebra
su luz de cada día, y deshace
lo que ha parido
el tiempo que reinventa en sus raíces,
que se extiende a su lado, tangencia y resumen.

Un bohemio conjuga
el destino que se asoma mientras solo, transforma,
el origen del alma
como especie posible.


Manuel M. Barcia

domingo, 5 de abril de 2009


CUANDO SUENA UN ADAGIO

A piacere
¿Has oído los acordes del silencio?
¿Cómo brota el sonido desde el hielo?,
¿Cómo incendia una nota los páramos del sueño
cuando escala al epicentro del misterio
hasta el tiempo que no tiembla en su temor,
que despacio, muy despacio, avanza hacia lo eterno?.
*
A capriccio
Apenas hay luz en su sombra naciente,
y duerme el resplandor en los sones desnudos
que pregonan placeres y caricias
en su muda grandeza orquestal.
*
Ad líbitum
La soledad y el tiempo, acaso se abrazan
donde habita el secreto del sonido,
abriendo los resquicios musicales
que celebran a escondidas su futuro
de remanso febril.
*
A tempo
Cabalga callado el ritmo del silencio,
y una nota sucede a otra que se muere,
para volver a nacer en espiral fecunda
simulando al enigma
del rumor de la vida que crece en sus entrañas.
*
Larghissimo
Y mi alma recorre todo aquello
que mi oído no atrapa.
Allí, donde la distancia no alcanza
a medir la inmensidad
que el dios de todos los motivos mece
cuando suena un Adagio.
*
*
*
Manuel M. Barcia

sábado, 4 de abril de 2009

NO SÉ SI HE SILENCIADO AL SILENCIO

*
No es sencillo renacer del silencio
para tornarse luz de lo durmiente
que ha de extinguir los sueños
como si fuesen vagos horizontes
de incierta lejanía en la noche.

¿Es sólo este telón que no se cierra
quien trama la belleza
cautiva de lo oscuro?

¿O es mi alma azotada
que desnuda ha venido a levantarme?

En su vientre preñado de esperanza
podría gestar razones,
balancear el peso del vacío que queda
cuando engendra el deseo
el tiempo de entusiasmo
de los silenciados.

Mientras duermo en la nieve que me quema,
siento voces iguales y cercanas,
avernos apagados,
sonidos inextintos en el fuego que avanza,
¿ es tu música o la mía ?...

No sé si he silenciado al silencio.


Manuel M. Barcia