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Sí :
la realidad propone siempre sueños,
más sólo uno entre muchos elige la mirada.
Ángel González
En el embrujo del fuego,
el tiempo y las quimeras se asemejan
a la quietud que alumbra el pensamiento
cuando arde el deseo
en la sombra del frío.
Para vivir a solas,
para dormir desnudo,
como el canto de un himno
tras los mudos acordes del silencio.
Para desafiar en la memoria
la lucidez vacía
que escriben las palabras nunca dichas
esperando algún signo de socorro.
Para volar en otros horizontes
que albergan a la luz que no se apaga,
que pertenece
a los días ilusorios del viento
donde la noche se pierde.
Y aquellos sueños
durmieron para siempre
imaginando la realidad soñada
tras un verso con puntos suspensivos
...
Manuel M. Barcia
Sin perdón
-
La culpa no muere en la rosa del silencio
porque su luz da vida a los pétalos del olvido;
allí está el timbre de un teléfono que sonó perecedero
e...
Hace 1 minuto
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