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domingo, 13 de septiembre de 2009

LAS VECES DEL SUEÑO


Me sorprende la luna
sonámbulo en la noche que intercede
las huellas migratorias del silencio

Del círculo de oro,
descienden con destellos cautelosos,
la somba y el rocío
en gotas delirantes de quimera

Mientras yo, y mi otro yo,
soñamos que soy sueño peregrino

Que la vida y la muerte,
no existen mas allá de la frontera
del mundo que despierta
condenado a ser luz sin más remedio.


Manuel M. Barcia

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Fantástico poema, Manuel.

Tu palabra crece sin límite.

Un abrazo lluvioso
Ana

Unknown dijo...

Gracias por tu compañía en las huellas migratorias del silencio.

Ahora las palabras sólo buscan el espacio de la soledad.

Un beso