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lunes, 7 de septiembre de 2009

LICANTROPÍA


Parece que se agita en el silencio
una voz que no es mía.

La mirada de un lobo
la sostiene,
desafiante y altiva.

Me sigue a ras de suelo,
hurgando las entrañas de la noche
a cuatro patas.

Resulta inevitable
andar ese pasillo de los sueños,
aunque calle la luz entre sus sombras,

aunque sean aullidos sin respuesta.



Manuel M. Barcia

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Hay tantos licántropos sueltos, Manuel.

Un poema muy sugerente.

Un beso
Ana

Unknown dijo...

La luna siempre está sobre nosotros, Ana.

Gracias por tus palabras.


Un beso
Mnauel