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miércoles, 7 de julio de 2010

A RIENDA SUELTA



Hoy he amanecido a rienda suelta,
con crines en la piel
cayendo por igual
en ambos hemisferios,

y siendo de la noche su equinocio,
sin un freno capaz de contenerla

Es un de esos días
en que el pecho cabalga
a lomos de un corcel de pura sangre
trotando un corazón que le es ajeno

Quizá fuese unicornio
antes de que la bestia
surgiera enloquecida del silencio,
tan a salto de mata,
que ahora me patea cuerpo adentro

Veré de que manera
sorteo la difícil compañía
del asta que empitona mi quietud,
a medio galopar entre los sueños
y el alma de centauro que nos ata

haciéndonos ilógicos dos seres
que no saben que huella les trastoca.



Manuel M. Barcia

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