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A tientas
voy sembrando tu piel
y tu necesidad, donde la entraña
ya es raíz y anhelo de otro cuerpo,
inmóvil todavía,
este germen de mí
que mana a cuentagotas tu existencia,
como el vientre a la luz yo la disputo,
vereda de la noche
la huella y el extravío más allá del amor,
lo que ha de cubrirnos
y nuestra arqueología en el delirio.
Manuel M. Barcia
Mi otro yo
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Me miro en el espejo y me pregunto
qué es lo que he hecho con mi vida.
Y ese otro yo que observa al que lo mira
desde el espejo me responde:
lo ...
Hace 1 hora
4 comentarios:
Hermoso poema donde la lejanía se hace pasión aletargada en el lejano deseo.
Besos.
Letargos del deseo, sí.
Gracias por tu huella, Marinel.
Un beso
Deseo delirante...
Un beso
Y huellas de pantera, leves, rosas..
Un beso
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