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Vocación de sentir,
con la inocencia intacta,
así en mi corazón lo verdadero.
También puedo ser cínico y cruel,
de los sueños telón,
y de los que desaman
la maldad en constante desafío.
Son poco respetables mis querencias
si traspaso la línea divisoria
de lo que me remansa sin pudor,
-demoníacamente tesitura-
a fuerza de mortales dentelladas
en lo que no idolatro,
o el tiempo que se fue
tras el eco de córvidos graznidos.
A solas me avergüenzo de mis males.
Con un lápiz, papel y gritos de conciencia
intento redimirme,
y escribo a zarpazos, sin pensar
si soy mano en la bestia
o cabe todavía la emoción
en la paz que recojo.
...Tal vez exista en mí alguna esfera
donde sea posible anidar
sin señales de antiguos dinosaurios.
Manuel M. Barcia