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Me miras desde el sol
con tus versos que reman
como aires de un sur poblado de veranos.
Mariví González.
Construyo en tu interior libertades y ánforas,
un resumen del tiempo que te habita
y el aire removiendo las pavesas.
Yo sé dónde originas la certeza del fuego,
lo que te oculta estéril,
la médula salvaje de la luz,
los signos que contiene.
Cuando cese la lluvia ¿qué serás?
¿Qué nombre sembrará mi lengua entre tus labios?
Soplo en ti la existencia.
De mis manos, sin huellas, te redimo,
furtiva del ardor inexorable,
sin soles que amansar,
ajenas a mi sombra
y lo imperfecto.
Temblor en amapolas
te doy por corazón,
y en tu templo la noche sumergida,
narcótica la piel
y el jadeo del éter que inhalamos,
las nubes por venir
y el azul que desnuda los poemas.
mmb
6 comentarios:
Y hoy me he dicho:
Voy a dejar huella de mis lecturas sempiternas y silenciosas a este poeta capaz de llenar ánforas de versos, repletas de sensualidad y sentimientos.
:)
Besos!
Que buen poema, Manolito.
Es intenso, sensual y a la vez frágil
Lehit
Gracias por tus ojos sempiternos y tus huellas y tu voz.
Un beso, Marinel.
Parece que hablas de mí... jaja
Gracias por tus palabras, poeta-bueno.
Abrazo, Gavrí..
Es ánfora y mujer, es barro y agua.
Un placer leerte.
Gracias por tu poética mirada en estos versos, María José.
Un abrazo.
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