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sábado, 26 de octubre de 2013

Al sur de los rizomas



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Quizá tras esa puerta que me abriste
tenga yo un laberinto
en la frágil memoria de los versos
que soñaron poemas en noches libertarias.

Ahora he de salir, sin que mi marcha
glorifique un adiós
con sílabas rendidas al submundo de sombras.

No importa mi destino,
ni lo que ayer sentí
a cambio de lo cual fuimos enigma,

los círculos de luna ya me cumplen,
sin voz
y minotauro.




mmb


2 comentarios:

María José Collado dijo...

Ariadna de rodillas sucumbe al poema.
Un saludo.

Unknown dijo...

María José Collado,


A veces es difícil encontrar los jardines que destinan la luz hacia los horizontes de lo amado.

Igual supiera Umberto Eco el nombre de la rosa...

Un abrazo.