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El ojo se retrae hasta la selva,
la vida es ventanal del desaliento,
el alma no se ve...
Sólo la oscuridad
en torno a la semilla de la hambruna,
para enraizar la luz, latidos de esperanza,
la sonrisa de un niño,
lágrimas y llanto en la espera.
Manuel M. Barcia
La casa
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Hoy visitamos la casa
en la que vivió tu madre
siendo niña.
Otra ciudad, otro mundo.
Está en una calle de la zona antigua,
muy deteriorada por ...
Hace 8 horas
2 comentarios:
Y ni siquiera viendo ésto, nos hacemos lágrimas con ellos.
Estamos completamente insensibilizados, hemos perdido la capacidad de ser personas.
Concha dixit.
Pero aún podemos soñar.. Y ellos acostar su desazón en nuestros sueños.
Gracias por por tu caricia de sensiblidad, Concha.
Un beso
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