Escribo con metáforas calladas
los versos impasibles
que mantienen cautivas las palabras
en música vacante
Apenas soy el fondo de un espejo
perdido entre la luz que allí no cabe,
cuando busco detrás del horizonte
los secretos desnudos de la magia
Y mucho más adentro,
donde sólo el silencio me ilumina,
descubro los presagios de la noche
en sílabas de sueño
Quimeras y utopías
remontan con un eco de campanas
la emoción de los verbos
que duermen aún a ciegas entre sombras
Y creo ser poeta,
cuando todas las letras
llenan mi corazón de abecedario.
Manuel M. Barcia
4 comentarios:
Precioso poema, Manuel, como todos los que escribes.
Cuando la diosa poesía te elige no puedes abandonarla. Si lo haces te verás condenado al destierro. Así son las cosas.
Un beso de meiga
Ana
No abandona a la poesia....tan sólo se siente incapaz por el momento.Es imposible desterrarle.
Eres un soporte vital básico, meiga.
Gracias por estar.
Un abrazo
La luz de Otoño es especial, sí.
Gracia por iluminar estos días, María.
Un beso
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