Un puente levadizo
separa la distancia de tu cuerpo y mi alma
con sombras que retiemblan en la luz
de amores esposados
Fuiste nombre del verbo irrepetible
que conjuga palabras en voz baja
cuando todo el clamor sólo se intuye
en ecos que provienen de nosotros
Ahora ya no vibran los sentidos,
un susurro, tal vez, o algo en tu gesto
cosido todavía a mi memoria
y oliendo a la raíz que paraliza
todo lo que balbuce en el pasado
Porque nunca es posible pronunciar
el grito articulado de los solos
cuando los sueños callan.
Manuel M. Barcia
4 comentarios:
Un gran poema, Manuel. Con una calidad técnica invidiable.
Me gusta, simplemente.
Un abrazo.
Precioso.
Un beso de meiga
Ana
Me alegra mucho que te guste, Perfecto.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo
Manuel
Es muy halagador tu comentario, Ana.
Gracias por tu paso.
Un beso
Manuel
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