El iris de la luna me contempla,
desprendiendo una lágrima del cielo
mientras todo es tiniebla y languidez
manando por mi alma
nostalgias del abismo sideral
¿Qué habrá sido de mí?...
¿Dónde están los verdores que brotan primavera
cuando alfombra la lluvia la sed de las palabras?
Esqueletos de luz
convergen en la estancia de mis sueños
filtrando los fulgores de la sombra
por lóbregos paisajes
del trasmundo que yace sepultado en su interior
Pero los sueños, ¿qué son?...
Tal vez sólo un refugio de poetas
buscando un universo dilatorio
que muere y resucita cada día
y su vientre
el insomnio
que late con el pulso de vigilia.
Manuel M. Barcia
1 comentario:
Un poema inmenso que late con el pulso de la luz. Con un final sorprendente.
Un beso de meiga
Ana
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