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Cuando el mar revindica planicies de silencio
su rítmico Padam nos acompaña,
nos envuelve la piel
al son de la invisible partitura
del viento en el exilio.
Y agita dulcemente tu perfil en la roca,
acaricia de lejos
tu sombra diminuta de mujer,
parece transformar los cabellos en brisa,
airear tu belleza.
Y luego, ¿sabes qué?
Nos recuerda las cosas más sencillas,
los sueños que se pierden,
las risas que comulgan con un gesto,
... o a ese colibrí
atento a mi llamada
que vuela sempiterno el mes de Abril
y veloz te aletea,
espantando abejorros,
feliz a nuestro encuentro.
Manuel M. Barcia.
Poema del día: "Bejuco silvestre en invierno", de Geoffrey Hill (Gran
Bretaña, 1932-2016)
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La vieja dicha del viajero aparece,
desnuda,
como una flor de espino
mientras el coche ingresa en la ciudad
entre borrosos pormenores…
Liana silvestre vert...
Hace 6 horas
2 comentarios:
" espantando abejorros ", me fascina esa imagen, y ¿sabes qué?, pues que es como de cuento.
Concha dixit.
Sí, en las páginas de un cuento se pueden escribir las cosas más sencillas, incluso relatar nuestros recuerdos. Se puede repeinar a las palmeras, calzar con calcetines los ciempiés, traspasar horizontes de mar, bailar valses sin fronteras.
Enfin, ¿qué quieres que le cuente a la mejor cuentacuentos del mundo mundial?.. jaja
Me alegra mucho que te guste este poema, Concha. Gracias por venir.
Un beso
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