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Aunque el azar nos haya dividido
y en nuestro girasol se convirtiera,
los dos somos raíz del universo
que brota en coordenadas diferentes
los destinos gemelos.
Y, aunque la luz aplaste la distancia
y el sur sobre nosotros palidezca,
libélula seré cantando tu hermosura
a pesar de mi noche inexistente.
Y nadie cegará nuestro secreto,
los márgenes etéreos
abrazados al viento entre la hiniesta,
con aromas de ti, de tu silencio.
Y acaso soñaré sin conocerte,
eterna en un adiós,
besándote feliz,
sin aspavientos.
Manuel M. Barcia
Extraviado
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Te observas por el revés del espejo en el lugar oscuro
donde la claridad no llega a definir el contorno
que delimita tu espacio sin alma.
Y lluev...
Hace 2 horas
2 comentarios:
Maravilloso, Manuel.
Un poema etéreo que guarda en sus palabras mucha belleza.
Te dejo un beso de meiga soñadora
Ana
Hay sueños y deseo en su raíz. Será eso, supongo...
Gracias por estar tan presente en el tercer aniversario de este EMBRUJO DE FUEGO que contigo celebro, meiga.
Un beso
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