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La época de grandes aventuras
nos hacía misterio,
leyenda del confín por explorar,
lo que hubiera soñado la noche adormecida
creyéndonos luz
y la fertilidad en donde solo encumbra la epopeya.
Entonces, la pasión,
suicidio de mujer,
gruta sumergida en la piel
aflorando lo épico de mí
bajo la encrucijada de los sueños.
En la orilla, el volcán,
ingrávido fluir de la ceniza
que me abisma sin fuego
y tú, el resplandor,
libre de ensoñaciones como el viento que ama.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Esta es la abeja...", de Juan Sánchez Peláez (Venezuela,
1922-2003)
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Esta es la abeja: Zumba en el fruto elegido
Esta vez es mi padre: Me espera en Vigo
(frente a los humanos debe transcurrir
...
Hace 2 horas
2 comentarios:
Ese fue el gran dilema... "creer" que no existía lo imposible.
Besos
Existe y espera.
Un beso
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