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La evocación del sur
guardián de nuestra luna,
bajo su ardor silente
un rostro
y las quimeras,
dos corazones enrejados.
Los latidos que menguan,
voces inextinguibles
disfraz
en la memoria.
Así grita el amor
los recuerdos de alguien que no existe,
fuga de lo etéreo sin razón,
la luz aprisionada.
Manuel M. Barcia
En la ceremonia de los soles vencidos
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I. La Sangre (Alfabeto Circulatorio)
Mis venas tinteros rotos
Escriben surcos en braille
Sobre la piel del insomnio.
La tristeza es...
Hace 11 horas
4 comentarios:
Hermosa inspiracion en esta noche sin luna, gracias por dejarnosla ver en su poema.
Un abrazo,
Gracias por tu luz en estos versos, Noris.
Un abrazo
Eterno y tan etero...
Unico dentro de una realidad compartida.
Besos
Siempre eres luz de plenilunio.
Gracias por venir.
Un beso
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