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No busques en la luz mis transgresiones.
Soy un lobo estepario
que aúlla en la noche la música silente
sin melodía apenas.
El tiempo inolvidable vive adentro,
los instantes de ayer que eyaculan lo antiguo
entre claros de luna
y en los sueños que arden incansables
tu vientre en mi memoria.
Mas tú no entenderás mi presente invisible,
la sombra que gobierna mis abismos
y siempre inoportuna
cuando acechan en mí
las fauces de un licántropo que muerde
tus besos todavía;
mis labios no hacen nada,
tan sólo te amanecen.
Manuel M. Barcia
5 comentarios:
Impresionante crónica del recuerdo de besos que fueron.
Otro besito.
Pasaba por aquí (como cada día), y la emotiva semblanza del recuerdo que nos ofreces, me han animado a dejarte un comentario. Para que sepas que te leemos. Para que sepas que tus versos encuentran eco, y no somos sólo silencio.
Un abrazo, amigo Manuel.
Es la luna la que aúlla a los transgresores, me da.
Buenas noches, licántropo.
El recuerdo de los besos te ha inspirado unos versos de una gran profundidad. Gracias por tan excelente poema.
Un abrazo
....Y UN BESO
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