---
Quise abrir los cerrojos del alma,
mirar quién soy, saber si fuimos sueño,
para determinar
los instantes sombríos,
o aquella luz que hemos sido siempre:
las noches que vendrán, pasión y madrugada.
Era una puerta herida,
cerrándose, como el dolor se cierra,
condenada a ser huella de lo eterno,
ese último umbral de los que aman,
cicatriz sin remedio.
Manuel M. Barcia
Aquel extraño día
-
Fue como si en medio del frío invierno
amaneciera un caluroso día de verano.
Duró 24 horas.
O sea lo que dura el amor
cuando el amor no es amor ...
Hace 7 horas
2 comentarios:
Es bellísima.. dulce... muy dulce..
un saludo... gracias por tu paso por mI Mirada... siempre es agradable recibir nuevos amigos..
Al alma jamás hay que ponerle cerrojos.
Es casi lo único que tenemos libre capaz de escalar incansable...
Un beso.
Publicar un comentario